A los el sectores donde se concentran comerciantes minoristas como el conocido mercado de las cuatro manzanas (foto), o de la Bahía, en Guayaquil; acuden padres de familia a comprar cuadernos, plumas, materiales didácticos, mochilas, pantalones, medias, camisas...; para sus hijos que han iniciado en la Costa un nuevo período de clases escolares. / Ronald Cedeño/ Foto: El Universo


Unos padres dicen que no existen controles ni sanciones a centros educativos por los precios altos y la cantidad de materiales, uniformes, productos, etc., que solicitan a sus estudiantes.


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Paquita Lizano

No solo libros, sino uniformes venden en los colegios, con pretextos. Dicen que los uniformes son especiales, las telas y sellos no se dañan en las lavadas; cuando hay madres modistas que podrían confeccionar a sus chicos las camisas, faldas, los pantalones o mandar a coser barato a otro lugar o comprar uniformes –y útiles escolares– en mercados a comerciantes minoristas como en la Bahía de Guayaquil.

Obligan a alumnos llevar franelas, toallas, detergentes, desinfectantes, jabón de tocador, pintura, papel higiénico, alcohol, pastillas, pastas de dientes... Y por fiestas, ollas con comidas (secos, arroz con pollo...); empanadas, globos, colas, jugos, agua, sánduches, quesos, salchichas, tarros con frutas, tortas, helados, vasos, platos, cucharas, trajes o disfraces... ¡Paren esto! (O)

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Maylín de Acevedo

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¿Quién escucha las quejas de las familias?, ¿van a controlar que no tomen represalias con los muchachos?, ¿van a devolver la plata gastada en muchos útiles escolares que a penas usan los alumnos?

Los negociados en centros de estudios no los castigan el Ministerio de Educación, las intendencias de Policía, etc. Exigen a los alumnos comprar dentro de sus instalaciones los libros, cuadernos, materiales de papel y tecnológicos, etc., o no los dejan entrar a clases, les bajan puntos...; ¡corrupción! Las autoridades deben caer de sorpresa en escuelas, colegios; quizás van cuando existen denuncias en los medios, de padres que deben cumplir trámites y revelar su identidad a riesgo de venganzas de profesor, director o rector contra el estudiante, hijo del padre que los denunció. (O)


José Jaime Chiluisa

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¿Control, multas?, no hay. Instituciones no permiten sacar copias de un libro prestado a un compañero o llevar el libro usado que fue del hermano mayor; tiene que adquirirlo nuevo en la librería de la institución. Papás ganan el salario básico, tienen dos, cuatro vástagos, hacen bien en fotocopiar los libros, es más económico; no debe impedirse estudiar con textos fotocopiados.

‘Maestros’, ‘docentes’, hasta en universidades, autores de libros que nadie les compró; para sacarse de encima dichos ‘huesos’, los comercian caro, a la fuerza, a los alumnos, o podrían presentarse ‘sorpresas’ negativas en las calificaciones. (O)


José Ortoneda Sánchez

Al parecer nadie controla estos abusos de los centros educacionales en el país; control que debería efectuarse desde el Ministerio de Educación por medio de reglas bien definidas, para que no sea afectado el bolsillo de los padres de familia que se sacrifican para darles un desarrollo integral a sus hijos.

El exceso de materiales, libros, etc., que deben llevar cada día a sus colegios los estudiantes, puede afectarles su salud al cargar ese peso de sus mochilas escolares y exponerse ante delincuentes que gozan de cartas blancas para cometer cualquier delito y salir de inmediato libres, por tanta corrupción existente. Lo mismo en los centros educacionales fiscales, no se controlan los valores (que dicho sea de paso están prohibidos cobrarlos), solicitan a los estudiantes con pretextos de alguna fiesta, Navidad, etc., la compra de bancas, cámaras de vigilancia, pintura para la escuela, plantas, alguna mejora para el salón de clase..., y si el alumno no da esas ‘colaboraciones voluntarias’ son señalados y esto se va a ver reflejado en las calificaciones que le otorgan. (O)