Este Diario registró el 26 de agosto de 2021, que en Guayaquil se concentraron decenas de personas para exigir la derogatoria de la tabla de consumo de droga, bajo el lema ‘Sí a la vida’; y el 4 de septiembre de 2022 informaba que un grupo de legisladores remitió a la Comisión de Justicia de la Asamblea Nacional una iniciativa para eliminar esa ‘tabla’ a través de reformas a tres artículos del COIP.

Ahora, otros legisladores se unen para pedir la eliminación de la tabla, como una acción concreta para combatir el tráfico de drogas, que es fuente de corrupción, violencia, crimen e inseguridad. Esta vez el pedido se dirige al presidente de la República, Guillermo Lasso, porque en la actualidad el ejercicio de esta facultad corresponde al Ministerio del Interior. Y a nivel legislativo se plantearán dos reformas al Código Orgánico Integral Penal.

Vigente desde el 2013, aunque con varias reformas, la tabla pretendió establecer los parámetros de porte y consumo para diferenciar a los consumidores de los traficantes; en la práctica se propició que hasta menores de edad, estudiantes y familias enteras sean atraídas hacia la comercialización de la droga en la modalidad de microtráfico, generándose disputas de territorios, con asesinatos y un considerable incremento de bandas conectadas con los distribuidores de la droga.

Se le plantea al presidente Lasso la urgencia de diseñar e implementar una política pública de salud, para prevenir, controlar y erradicar el consumo de drogas.

Y ese es el quid del asunto: el consumo de drogas sujetas a fiscalización termina siendo una elección personal; mientras haya demanda, habrá quien la oferte; con sentencias más duras, crece el incentivo para la corrupción. Es un desafío complejo que requiere –además de labor de inteligencia para idear soluciones eficaces– dar atención a los adictos –¿cuántos son?–, sin dejar por fuera de la ecuación a las familias, los barrios y las instituciones, porque pareciera que no todos están conscientes de cómo se conectan el consumo de drogas con los demás problemas. (O)