Las aguas servidas de 1′200.000 habitantes del centro, suroeste y sur de Guayaquil ya no van al río Guayas con un pretratamiento simple. Esto porque la nueva planta de tratamiento de aguas residuales Las Esclusas las limpia antes de ser descargadas.

Las Esclusas es un macroproyecto de saneamiento para la ciudad, puesto que además de mitigar el impacto ambiental elimina focos de contaminación en áreas sin alcantarillado sanitario (usaban pozos sépticos) o que no estaban conectadas a la red, dice Fidel Valdivieso, gerente general de Emapag, la empresa pública municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Guayaquil.

Para que funcione se construyeron las estaciones de bombeo Pradera y Guasmo H y la línea de impulsión Pradera-Las Esclusas (que lleva las aguas), con financiamiento del Banco Europeo de Inversiones y el Banco Mundial, por más de $ 98′200.000. La planta trata además el gas metano que liberan las aguas residuales, con lo cual genera el 30 % de la energía que requiere. También, una vez tratados los lodos y las arenas, estos van al relleno sanitario de la urbe.

Las Esclusas comenzó a operar el 22 de junio. Cuenta con laboratorios que hacen análisis de las aguas que llegan y de las que salen. En el 2043 se prevé que trabaje al 100 % de su capacidad, pues hay planes de expansión conforme crece Guayaquil.