Dos horas con veinte minutos de concierto fueron suficientes para olvidar las malas noches de la acampada y los sacrificios económicos para comprar las entradas: Metallica entregó todo en el escenario y el público salió aplaudiendo.

La presentación de la banda estadounidense empezó a las 21:45 de ayer (martes). Se apagaron las luces, se proyectó un video introductorio de un poco menos de cinco minutos y a partir de entonces la fuerza de sus canciones fueron tomándose el ambiente rockero en un complejo levantado específicamente para el show que estuvo abarrotado; más de 30 mil personas asistieron.

James Hetfield, vocalista, interactuó con la gente. En medio de sus temas agradeció por la concurrencia de “la familia Metallica” y jugó con el setlist, la lista de canciones que estaba prevista para esta presentación. Una de las características de esta gira sudamericana es que el público podía votar por las canciones favoritas y la agrupación las tocaba.

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Así, se escucharon las más conocidas y las clásicas: Blackened, Master of puppets, And justice for all, Sad but True, For whom the bell tolls, Enter sandman… Los juegos pirotécnicos, las luces, un sonido impecable y la disposición de las pantallas gigantes (LED, de gran definición) alentaron a los rockeros.

Metallica, finalmente, cerró a la medianoche con Creeping Death, Fuel y Seek and Destroy. A las 00:05 de hoy se retiraron ovacionados por el público.

La organización del concierto tuvo problemas. Antes de que empiece el show de los estadounidenses, mientras la gente estaba ingresando, un grupo de fanáticos se enfrentó a la Policía en la zona del acceso de la avenida Amazonas. Unos 40 detenidos y unos 10 policías heridos fue el resultado de la refriega.

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Un segundo incidente se dio cuando la banda salió al escenario y desde las calles se intentó hacer “puertazo”, lo que provocó varios daños en la vía y en edificios. Hubo varios detenidos. También hubo un retraso de dos horas en la acreditación de la prensa que fue a cubrir el espectáculo.