La frase “tranquila, este no es el final, es el comienzo de tu lucha”, calmó el llanto de Vicenta Malavé, minutos después de ser diagnosticada con cáncer en el útero, hace cinco años. Las palabras de aliento las recibió de otra paciente, quien sin conocerla la abrazó.

Tenía 52 años. Acudió a los especialistas y le dijeron que debían extirparle un tumor que medía 7,6 cm. Sin embargo, no pudo hacerlo, porque sus prioridades cambiaron. Se dedicó a cuidar a su padre, quien padecía de cáncer en el estómago.

Fue él, quien meses antes de fallecer le dio las fuerzas para luchar. “Me dijo: mijita, no te despreocupes como yo, busca al médico y cúrate”, comenta la mujer, quien luego de un año se hizo atender.

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“Nunca renegué lo que me pasó, ni cuando tuve que recibir los tratamientos. Lo que sí se me hizo duro fue perder el cabello... Dios me da la fuerza para seguir”, expresa Malavé, quien está aparentemente sana desde hace un año, por lo que acude cada tres meses a sus controles a la Sociedad de la Lucha contra el Cáncer del Ecuador (Solca).

El cáncer de útero es el más frecuente en las mujeres, según cifras de Solca. De los 3.335 casos que se registraron en el 2012, 518 son de útero. Esta cifra bajó con relación al 2011, cuando se presentaron 524.

Aunque la incidencia se mantiene, han bajado los casos de la enfermedad avanzada y han subido los casos que se detectan tempranamente, señala Mario Leone, coordinador de la campaña preventiva de Solca.

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El especialista explica que uno de los avances tecnológicos para la detección temprana del mal y que se implementará en este año es el test de biología molecular de serotipo de alto riesgo, que detecta el virus del papiloma humano, la principal causa de este cáncer.

En este centro se realizó en septiembre pasado un estudio a 200 mujeres, a las que se les hizo el papanicolaou y el test. El primero detectó el virus a una mujer; y el segundo, a 27.

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“Es más efectivo. Con esta prueba se puede detectar precozmente si la mujer tiene el virus para luego estudiar qué serotipo es para darle el tratamiento oportuno al paciente”, refiere Leone, quien sostiene que la prueba tendría un costo de $ 25.

El segundo cáncer más frecuente es el de mama, con 458 casos nuevos en el 2012, uno menos que en el 2011, según las estadísticas de Solca.

Una de las sobrevivientes a este mal es Sandra Soto, de 60 años, quien tiene siete años sin la enfermedad.

Hace ocho años y tras sentirse una bolita en el seno derecho, Soto acudió al médico, quien le dijo que se trataba de un ganglio inflamado y que no se preocupara. Meses después apareció otra bolita. La volvieron a chequear y luego de realizarse varios exámenes, le confirmaron que tenía cáncer.

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“Yo pensé que iba a ser un año difícil”, recuerda la mujer, a quien le extirparon el seno y 15 ganglios. Afirma que lo más duro que tuvo que afrontar fue en el baño. “No quería tocarme el pecho, me daba miedo no sentir nada, pero Dios me dio la resignación para hacerlo”. Ella decidió no reconstruirse el seno.

Para ella, el cáncer es como cualquier enfermedad, ya que seis de sus amigas también padecen este mal. Esta experiencia le sirvió “para crecer, compartir, ayudar a otras mujeres y prepararme cuando Dios algún día me llame...”.

Según Leone, la detección temprana de este mal no se realiza con la autoexploración, ya que solo se puede sentir cuando el tumor está avanzado. Se recomienda una mamografía.

En los hombres, el cáncer que sigue teniendo mayor prevalencia es el de próstata. El año pasado se registraron 206 casos nuevos, mientras que 225 en el 2011.

Para detectar este mal es necesario, además del examen para medir el antígeno prostático, realizarse el tacto rectal, ya que solo el test tiene el 25% de efectividad. Estas pruebas deben practicarse a los 50 años.

Debido a que tenía problemas al orinar, Augusto Albiño, de 78 años, acudió al urólogo. Luego de los exámenes de rutina, al adulto mayor le diagnosticaron el mal. Al mes le extirparon el tumor que tenía entre los testículos. Esto sucedió hace un año y cuatro meses.

“Recibí la enfermedad tranquilo, no tenía dolor. El único momento que me preocupé fue cuando me dijeron que me podían extirpar los testículos. Eso no lo iba a permitir”, dice el oriundo de Quevedo, quien acude a sus consultas médicas una vez cada seis meses.

El cáncer de piel, según cifras de Solca, es la tercera enfermedad que reportó nuevos casos. El año pasado hubo 267 pacientes y 266 en el 2011.

Las principal causa es la exposición a las radiaciones ultravioleta (UV), ya sea procedentes del sol o de fuentes artificiales como las camas bronceadoras, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Según Leone, el 75% de los casos de cáncer se debe a los agentes externos (cigarrillo, sustancias cancerígenas derivadas de los hidrocarburos, productos químicos, entre otros) y el 25% por predisposición genética.

Agregó que uno de los tipos de cáncer que ha subido es el de tiroides con 194 nuevos casos durante el año pasado. En el 2011, este mal formaba parte de la lista de otros cánceres que tenían menos de 134 casos. Las causas se desconocen.

Según la OMS, en el 2008 –último año del que la OMS tiene estadísticas disponibles– el cáncer provocó 7,6 millones de decesos, lo que representó el 13% del total de muertes. Se prevé que en el 2030 la cifra alcance los 13,1 millones.

Recomendaciones

para prevenir los cuatro más comunes

De útero

Hacerse un papanicolaou anual desde que la mujer inicia la actividad sexual.

Practicarse un test de detección molecular para determinar si tiene el virus del papiloma humano.

Vacuna contra el papiloma humano protege a las mujeres que no han iniciado su actividad sexual de dos serotipos.

De mama

Realizarse una mamografía para detectar tempranamente el mal, a partir de los 40 años.

Tener una alimentación saludable. Quienes tienen una dieta rica en grasa están más propensos a este mal.

De próstata

A partir de los 50 años, los hombres se deben practicar el examen del antígeno prostático (PCA) y el tacto rectal.

De piel

Se debe controlar la exposición al sol. De 10:00 a 15:00 la radiación es más fuerte.

Usar bloqueador solar de protección 35 UV. Se debe colocar cada tres horas, en la piel seca. Si suda o se moja, debe volverse a colocar.

Ponerse gorra y gafas.