En un pequeño pueblo de Ohio, en Estados Unidos, el turno de un empleado de gasolinera pasó de rutinario a extraordinario. El motivo no fue otro sino un golpe de suerte que lo convirtió en el afortunado poseedor de una moneda de medio dólar Kennedy de 1964 que puede valer una fortuna.

Estos tres centavos de Lincoln con un valor de más de 138.000 dólares aún están en circulación: ¿cuál es el error que debes detectar?

El empleado, que prefiere estar en el anonimato, contó al medio NCC News que su gran hallazgo ocurrió mientras contaba las propinas.

Algo llamó su atención, se trataba de una moneda de plata más pesada de lo normal. Intrigado, descubrió que se trataba de una moneda de 1964, el primer año en que se acuñó tras la muerte del expresidente Kennedy. Al principio, pensó en gastarla, pero no lo hizo.

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“Casi la uso para comprar el almuerzo”, dijo. “Pero algo me decía que la guardara. Parecía demasiado perfecta”, contó.

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¿Cómo es la moneda medio dólar de Kennedy 1964?

Aunque a simple vista podría parecer una moneda común, los expertos en numismática creen que se trata de una pieza excepcionalmente valiosa.

Esa calificación se debe a su impecable estado y un raro error de acuñación. Se sospecha que podría ser una de las pocas monedas de prueba que la Casa de la Moneda de Filadelfia lanzó accidentalmente al público en 1964, reseña el medio citado.

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Roger Ellman, historiador numismático con 30 años de experiencia, lo confirma: “No es una moneda cualquiera”, afirmó.

“La superficie, la calidad de la acuñación y el error de ceca específico en el reverso sugieren que esta pieza podría ser una de las variantes ultrarraras que los coleccionistas han buscado durante décadas. Es potencialmente digna de un museo”, añadió el experto.

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Encontrar una moneda que valga miles de dólares es difícil, pero este empleado demostró que no es imposible.

Ahora, la moneda está siendo evaluada para confirmar su autenticidad y valor. Luego podría ser subastada, exhibida en un museo, o incluso donada a una sociedad histórica, todo depende de la decisión del afortunado que la encontró.

(I)

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