Los Tesla Model Y y Model 3 encabezan la lista de automóviles menos robados en Estados Unidos, pero la explicación no tiene que ver con sus sofisticados sistemas de seguridad o el famoso modo centinela.

En este centro comercial de Farmington Hills en Michigan Tesla está amontonando las Cybertrucks que no vende

Mientras algunos especulan que incluso los delincuentes evitan ser vistos al volante de un Tesla debido al deterioro de imagen de la marca tras las controversias de Elon Musk, la realidad responde a factores mucho más pragmáticos del mercado negro automotriz, detalla el sitio web especializado Motor Pasión.

¿Por qué nadie roba un Tesla?

La explicación a este curioso comportamiento de los ladrones está en la economía del robo de vehículos.

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El portal antes citado apunta que la mayoría de los delincuentes buscan dos objetivos principales, uno es revender el automóvil completo y el otro es desguazarlo para comercializar sus piezas como repuestos de segunda mano.

Compra un Tesla usado y el propietario anterior controla el vehículo de forma remota: “agota la batería y hace que suene la bocina por media hora”

Tesla complica ambas opciones al restringir la venta de recambios a talleres independientes, esto lo que hace es provocar un ecosistema cerrado donde los propietarios acuden a centros oficiales que utilizan piezas genuinas.

Esta política reduce la demanda de repuestos usados de Tesla en el mercado paralelo.

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Por otro lado, los vehículos eléctricos en general presentan menos atractivo para los ladrones porque carecen de componentes mecánicos complejos típicos de los automóviles de combustión.

Un Tesla no tiene catalizador, una de las piezas más lucrativas del mercado negro estadounidense por su contenido en metales preciosos. A esto se le suma que muchos de sus componentes específicos no son compatibles con otros vehículos, lo que limita más su valor de reventa por partes.

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Grabación revela lo que el instructor de capacitación de Tesla le dijo al personal: “Queremos que piensen en el propósito superior”

El reducido parque de vehículos eléctricos también influye en esta tendencia. No todo el mundo tiene uno de estos modelos y, sin un mercado para vender las piezas robadas, los delincuentes prefieren dirigir sus esfuerzos hacia vehículos con mayor potencial de ganancia.

(I)

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