Bajas ventas, pagos de impuestos pendientes, negocios vacíos y angustia se evidencia en los dirigentes y comerciantes de la Bahía, el corazón del comercio de Guayaquil. Ellos reclaman la reubicación de los vendedores informales a otro espacio porque su presencia afecta a quienes están regularizados en sus puestos.

La Bahía alberga a 4.300 comerciantes legalizados, quienes con esfuerzo y sacrificio compraron su puesto para expender su mercadería, según dicen los dirigentes.

La semana pasada, los presidentes de cada asociación organizaron una marcha frente a la Municipalidad para reclamar por el desorden y el caos que hay en el sector comercial debido a la ocupación de vendedores informales en los exteriores y en los callejones, pues impiden el acceso directo de clientes hacia los módulos agravándoles su situación económica.

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Además, el caos se observa en las aceras y calles con sus productos expuestos en el suelo; esta situación ha generado violencia y delincuencia, empeorando la inseguridad de comerciantes y ciudadanos que acuden masivamente a comprar en los módulos.

Javier Tello, presidente de la Asociación 25 de Agosto, señala que es injusto que los comerciantes informales invadan las aceras con sus productos, que ofrecen a los clientes a un precio barato, pues no cancelan ningún valor ni impuesto. Mientras, las ventas de los legalizados están por el suelo. “Ellos no pagan impuestos, luz, guardia de seguridad, nada, como nosotros tenemos la obligación de hacerlo”, refiere Tello.

María Encarnación, presidenta de la Asociación 4 de Agosto, explica que los comerciantes informales los perjudican en su totalidad, porque las personas prefieren comprarles a ellos y debido a esta situación han tenido bajos ingresos e incluso no tienen para pagar impuestos; por ejemplo, en luz la organización paga $ 460 mensuales.

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“Estas personas nos están perjudicando porque su basura la botan debajo del puente y nos echan la culpa a nosotros y los desperdicios tienen un costo”, agrega.

Las bajas ventas impiden cumplir con sus obligaciones. “De $ 1 a $ 10 son mis ganancias en mi negocio de ropa, porque solo atiendo de tres a cuatro clientes y los informales son los culpables de esta situación”, comenta Darwin Chacón, presidente de la Asociación 16 de Junio.

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Los comerciantes informales trabajan en el interior y exterior de la Bahía. Foto: El Universo

Asimismo, Kléber Flores, presidente de la Asociación Guayas, explica que sus ganancias son de $ 6 al día, pues solo hace dos ventas con su comercio de ropa de niños.

A lo largo e interior de la Bahía se encuentran los agentes del control metropolitano, cuya función es evitar la invasión en zonas específicas de la ciudad por parte de los comerciantes informales.

Según presidentes de las asociaciones, estos agentes reciben dinero de estas personas informales para que los dejen laborar libremente en las aceras.

Este Diario recorrió la Bahía y corroboró la declaración mencionada antes al observar cómo una comerciante informal les daba sutilmente algo a dos metropolitanos y en otra escena un uniformado, al ver a los informales, no les decía nada.

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Vendedora informal pasa cerca de agentes metropolitanos. Foto: El Universo

El Frente Único de Organización de Comerciantes Minoristas de la Bahía, conformado por diez presidentes de asociaciones, tuvo una reunión el miércoles 28 de julio en la que decidieron exigir a las autoridades y a la Policía de Migración para que también se controle en los exteriores de la Bahía si los extranjeros cumplen con la ordenanza municipal.

“Pedimos a la alcaldesa y al gobernador que los extranjeros respeten la ley de Ecuador”, señala Hernán Coloma, coordinador de la asociación 6 de Enero.

Él, junto con otros representantes, envió una carta a la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, explicándole su malestar sobre las consecuencias que están generando los vendedores informales.

El Frente Único de Organización de Comerciantes Minoristas de la Bahía exige a las autoridades solución rápida. Foto: El Universo

Frente a esta petición de la organización de comerciantes de la Bahía, Viteri, en una carta al director del Cuerpo de Agentes de Control Metropolitano, Jaime Dávalos, y al director de Aseo Cantonal, Mercados y Servicios Especiales, Gustavo Zúñiga, les transmitió el malestar expresado por los comerciantes minoristas de la Bahía.

También le envió al gobernador del Guayas, Vicente Taiano, una misiva en la que le da a conocer la problemática del sector y le solicita apoyo de la entidad a su cargo para ejercer un mayor control. (I)