“Como una medida de seguridad se ha planificado en el plan de inversiones del tercer quinquenio la construcción de una subestación eléctrica que logre cubrir el 100 % de la demanda a efectos de contar con redundancia de la acometida eléctrica en La Toma”. Esa fue la respuesta que dio la gerencia de la entonces Empresa Cantonal de Agua Potable y Alcantarillado de Guayaquil (Ecapag) a la Veeduría Ciudadana de Agua Potable, al ser consultada sobre la existencia de un plan de contingencia para el bombeo en caso de fallar el sistema de energía eléctrica.

Aquello consta en el informe de la Veeduría, presentado oficialmente el 13 de octubre de 2011 al Municipio porteño, a Ecapag y a Interagua, firma que tiene la concesión del servicio de agua potable por 30 años, con un contrato suscrito en 2001, durante la alcaldía de Jaime Nebot.

Municipio deslinda de responsabilidad a Interagua por fallo eléctrico que afectó producción en planta; experto cree que concesionario debe tener generación de energía de emergencia

Once años después, el pasado domingo 4 de septiembre ocurrió el caso “fortuito” que ha puesto en boga la hipótesis planteada en su momento.

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La mayor parte de las parroquias urbanas de Guayaquil se quedaron sin el servicio del líquido tras reportarse un problema eléctrico que provocó que la planta La Toma se paralizara. La dotación de agua se reanudó paulatinamente casi nueve horas después de anunciado el problema.

Por este hecho y por otras razones que asegura tener documentadas, el Observatorio de Servicios Públicos, a través de su coordinador César Cárdenas, acudió este miércoles 7 de septiembre a la Defensoría del Pueblo para pedir al delegado provincial una acción de tutela con miras a proteger el derecho de los usuarios que se vieron afectados por el corte de agua.

A la par solicitó que se inicien los trámites en procura de la terminación del contrato de concesión, según la cláusula 20.3.1, que establece esta posibilidad siempre que se haya incurrido en incumplimientos graves y reiterados en la prestación del servicio.

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Tanto Interagua como la hoy Empresa Pública Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Emapag), que supervisa la concesión del suministro del líquido, se desligaron de lo sucedido y responsabilizaron a la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL). Esta última empresa en mención sostuvo que el problema se debió a “factores exógenos”.

“Una planta alterna no es factible. No existen plantas de emergencia que te suplan la necesidad de 69 megavatios que es lo que consume la planta La Toma. De hecho, es por eso que tiene una línea propia en el sistema interconectado para poder tener la demanda de energía que se requiere”, respondió Ilfn Florsheim, gerenta de Comunicación de Interagua, ante una consulta de este Diario.

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Y argumentó que en La Toma sí hay una línea redundante conectada a Daule que cubre el 100 % de la demanda en caso de emergencias. Sin embargo, sostuvo, los trabajos de CNEL afectaban dicha línea, a la altura de Petrillo, mientras que por el sector de la cooperativa San Francisco “accidentalmente” hubo también afectación en la línea principal, lo que impidió conectarse a la línea redundante porque estaba fuera de servicio.

César Cárdenas (d), del Observatorio de Servicios Públicos, pidió la intervención de la Defensoría del Pueblo para que se investigue corte de agua del domingo pasado. Foto: El Universo

La funcionaria indicó, además, que hay una tercera línea de redundancia que permite alimentar la mitad de la energía necesaria, por lo tanto, la mitad de la producción, pero que esta también estaba fuera de servicio.

“Existen dos líneas de redundancia sobre las cuales estaba trabajando la empresa eléctrica en vista de que no había afectación sobre la línea principal y lamentablemente de forma accidental afectaron la línea principal, quedándonos sin posibilidades de conexión”, señaló Florsheim.

¿Qué es la redundancia en el sistema eléctrico?

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Fernando Salinas, experto energético y expresidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos del Ecuador, explicó que la redundancia en la alimentación de una carga crítica (como la del bombeo de agua potable) se refiere a que hay al menos dos alimentaciones de energía, una principal y otra de emergencia.

Estas son independientes entre sí, dijo, de tal manera que si la alimentación principal falla, la generación de emergencia entregará energía automáticamente a la carga crítica sin que esta quede desprovista de electricidad.

“Si hubiese un sistema redundante de alimentación de la planta de bombeo (al menos dos acometidas independientes), entonces no se explica por qué paró el bombeo de agua para Guayaquil”, recalcó el también catedrático.

De ahí que él cree que habría un incumplimiento de una inversión definida en el contrato de concesión en cuanto a una planta de generación propia para el sistema de bombeo.

Ya en el 2011, según el informe de la Veeduría Ciudadana de Agua Potable, la entonces Ecapag advirtió que a más del abastecimiento de energía eléctrica por medio del sistema con Transelectric había una línea secundaria con Emelgur, pero que ambas conexiones dependían de la línea de servicio interconectado con la ciudad.

Producción de agua en Guayaquil se paraliza ante problema eléctrico

“No es la primera vez, hasta oficialmente se le presentó este informe y esta sugerencia de que deben tener un plan de contingencia en relación con la energía eléctrica, porque no lo tienen”, cuestionó César Cárdenas y remarcó que con esta situación se configura un incumplimiento contractual.

El lunes 5, consultada sobre el problema, la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, señaló que el plan de contingencia era conectarse a la subestación eléctrica, pero que al querer hacerlo recibieron como respuesta que no era factible porque estaba sobrecargada. De ahí que deslindó de responsabilidad a Interagua. (I)