Una inclinación de 40 centímetros tiene el edificio Fantasía, ubicado en la avenida 9 de Octubre, entre Esmeraldas y José Mascote. Y el estado del inmueble podría ser resultado de un error en los estudios de suelo de la estructura de 14 pisos y 50 años de antigüedad.

Así lo indicó el Municipio de Guayaquil el miércoles 19 de junio, luego de una reunión técnica que hubo el martes 18 entre varios funcionarios y en la que se habló de la ruta de demolición que se seguirá para el edificio, que actualmente está deshabitado y rodeado de vallas metálicas.

Esta es la ruta para demoler el edificio Fantasía, en la av. 9 de Octubre y Esmeraldas

Por estos días, vecinos del sector evitan caminar por la acera donde se asienta la estructura. Hay preocupación incluso por las vibraciones del suelo que se producen por la alta carga vehicular de transporte pesado (buses urbanos) que hay en la calle Esmeraldas.

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Los moradores de este sector céntrico de la ciudad piden al Municipio una intervención inmediata para evitar cualquier eventualidad.

Para Guillermo Pacheco Quintana, presidente del Colegio de Ingenieros Civiles del Guayas, la demolición es una salida para el problema en el que se ha convertido la edificación, pero no es la única, puesto que también podrían ejecutarse trabajos con miras a recuperar el edificio, por ejemplo, con un método de compensación.

Este trabajo de ingeniería consiste en equilibrar pesos y centrar el edificio, pero eso también depende de la cimentación.

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“Recordemos que las cimentaciones de la década de los 60 y 70 eran de mangle. Los pilotes eran de mangle (...) los pilotes de mangle máximo tenían una luz de 15 metros, entonces, trabajaban a fricción”, mencionó el también director de la carrera de Ingeniería Civil de la facultad de Ciencias Matemáticas de la Universidad de Guayaquil.

De ahí que para él, en caso de haber una falla de cimentación en el inmueble, esta podría ser propia de las limitaciones de la época. “La mayoría de esas edificaciones eran cimentadas con pilotes de mangle”.

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Pacheco refirió que para definir qué es lo más conveniente con el edificio se debe considerar tanto la parte técnica como la económica.

Y en esa línea sostuvo que la compensación para salvar el inmueble puede llegar a ser más costosa que la demolición, ya que la primera opción implica trabajos más minuciosos, con topografía, elementos estructurales, equipos y material especial.

En este contexto, el presidente del Colegio de Ingenieros Civiles sostuvo que al haber optado por la demolición, el Municipio debería ejecutar un procedimiento programado, piso por piso, desde la parte superior. No se mostró partidario de un método de implosión (uso de explosivos), porque el inmueble tiene edificaciones cercanas que podrían resultar afectadas con este último método.

Andrés Burbano, director municipal de Obras Públicas, mencionó en una entrevista radial, esta semana, que la demolición controlada sería la opción por la que se inclinaría el cabildo.

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Y dijo, además: Cualquier proceso que hagamos deberá ser cobrado a los dueños de ese bien (edificio), vía contribución de mejoras”.

”El Municipio ha tomado las acciones correspondientes, obviamente, son pasos que toman sus tiempos. Aquí una de las entidades menos culpables ha sido el Municipio, debo recalcarlo, el alcalde (Aquiles Alvarez) ha actuado prudentemente”, comentó Guillermo Pacheco.

‘Vamos a pedir la demolición’: en la av. 9 de Octubre y Esmeraldas hay alerta por continuo hundimiento e inclinación de edificio

Jorge Vega Verduga, docente de la facultad de Arquitectura de la Universidad de Guayaquil, estimó que para que haya una inclinación de aproximadamente 30 grados del edificio Fantasía, los pilotes de la cimentación debieron hundirse.

“El edificio está en un estado grave y se mantiene todavía en pie, por lo que, me imagino, tiene una luz de cimentación anclada sobre pilotes. Hay que ver qué número de pilotes fueron colocados, si fueron los suficientes para soportar la carga del edificio, porque también puede ser que aún siendo piloteado no es la cantidad de pilotes adecuado para soportar la carga y transmitirla al suelo resistente”, manifestó el catedrático.

Para Vega, con esta situación hay el riesgo de que las columnas de la planta baja, del lado de la inclinación del inmueble, implosionen porque están soportando más carga de la que deberían por su diseño.

“La situación es grave en este edificio hay que demolerlo o por lo menos quitarle unos cuatro pisos para ver si eso se compensa, pero hay que tomar cartas sobre el asunto inmediatamente”, recalcó.

Los procesos a seguir en torno al edificio

  • Fernando Cornejo indicó esta semana que primero desde Segura EP se emitirá el informe de riesgos del edificio.
  • Posteriormente, se explicó, la Dirección de Urbanismo, Movilidad, Catastro y Edificaciones (Dumce) declarará la edificación en estado de vetustez.
  • Con ello, la Dirección de Justicia y Vigilancia ordenará a los propietarios del inmueble el derrocamiento. (I)