Jacob Barahona colocaba un cartel con una dirección en los exteriores de un establecimiento comercial que desde hace un mes y medio permanece cerrado en la calle Esmeraldas y av. 9 de Octubre, debido a los trabajos de apuntalamiento del edificio Fantasía.

De esa manera, él buscaba advertir a los clientes que el negocio de insumos de oficina ahora atendía una cuadra más adelante, en la intersección de Esmeraldas con Primero de Mayo.

“Esto se murió (las ventas), era bien movido, había mucha afluencia de transporte y la gente en el paradero veía, pedía cosas, pero ya cerraron y ya no”, narró el empleado del negocio.

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Edificio Fantasía: cierran dos cuadras de la av. 9 de Octubre por tres meses para apuntalar y derrocar inmueble inclinado

A partir de los trabajos de apuntalamiento en el edificio Fantasía, que presentaba un progresivo hundimiento e inclinación en la av. 9 de Octubre, se dieron cierres y medidas de tránsito que, según trabajadores y representantes de negocios, han derivado en una baja en las ventas de locales comerciales de los alrededores.

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Con estas labores hubo un cambio de rutina en la av. 9 de Octubre y en los cruces con las calles Los Ríos, Esmeraldas y José Mascote.

El paso vehicular fue cerrado parcialmente en la av. 9 de Octubre, entre Los Ríos y Esmeraldas, solo el sentido este a oeste está habilitado.

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Mientras, los buses ya no circulan por la calle Esmeraldas y son desviados a rutas alternas, y en la av. 9 de Octubre, entre José Mascote y Esmeraldas, está bloqueado el paso vehicular y peatonal con cercos de planchas de zinc.

Esas medidas se dieron a partir de los trabajos de apuntalamiento en el edificio Fantasía. Estas tareas que buscaban asegurar la estructura culminaron hace unas dos semanas.

En la zona cercana del edificio Fantasía se bloqueó el paso con planchas de zinc. Ahí, todos los locales, como restaurantes, un local de venta de motos y otros debieron cerrar temporalmente sus puertas.

En otros establecimientos de calles aledañas también han decidido cerrar puertas y en algunos tratan de mantener la atención, aunque con la merma de la afluencia de usuarios.

En el negocio donde trabaja Jacob Barahona, por ejemplo, debieron cerrar de manera preventiva con los inicios de los trabajos en el Fantasía, y días después antisociales se metieron al local y robaron algunos artículos y el cableado del sistema eléctrico.

Ante ello, representantes del local decidieron moverse a otro sitio ante el escenario adverso, indicó el trabajador.

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“Se metieron a robar, dejaron hecho pedazos, como no hay cuidado aquí, quedó deshabilitado y se metieron, se llevaron la mayoría de cosas. Todo lo que era el sistema eléctrico, sacaron todos los cables, sacaron un aire acondicionado y por ahí se metieron”, contó el trabajador.

Trabajador instaló cartel para advertir a clientela sobre su nueva dirección de local. Foto: Francisco Verni Peralta

En la calle Esmeraldas se mantienen operativos algunos locales, como de servicios de impresión de gigantografías, cíber, repuestos de autos y una panadería. Aunque en la calle se percibe la escasa afluencia de usuarios, quienes ahora deben desviarse por Hurtado y Primero de Mayo para avanzar por la av. 9 de Octubre.

Fernando Coronel, trabajador del segundo local, indicó que al menos en un 50 % ha bajado la afluencia de usuarios.

El lunes anterior, este local permanecía sin clientes a diferencia de meses anteriores, cuando se podía presenciar al menos cinco personas, que solían llegar en buses que circulaban en la zona y también caminaban por la av. 9 de Octubre. “Ha bajado bastante sobre todo porque está cerrada la calle (9 de Octubre), porque la gente no pasa”, dijo.

Ante la baja de clientela, en las cercanías de la piscina olímpica, en las calles Mascote y Luque, abrieron una sucursal para tratar de captar más clientela de la zona.

‘El edificio Fantasía está totalmente controlado, no hay riesgo de que se caiga’

En su sede de la calle Esmeraldas, asimismo, hace unas dos semanas se llevaron el candado de una puerta enrollable que da hacia la calle Esmeraldas y por la parte posterior, sujetos se metieron para intentar cometer otro robo en el inmueble. “Ahora el guardia está que mira bien que no se metan nuevamente”, dijo el trabajador.

Desde hace un par de semanas, el cabildo culmina las tareas de apuntalamiento. El 31 de julio anterior, el alcalde Aquiles Alvarez dijo que ya no hay peligro de que pueda caerse el edificio y trabaja en temas de “papeleo” para cumplir con el pedido de un juez que ordenó su demolición.

Como parte de los trabajos del Municipio se colocaron seis pilotes para estabilizar la edificación y además se pusieron estructuras de acero para que funcionen de soporte.

Entre vecinos y trabajadores esperan que los trabajos de demolición se agilicen para poder retomar el trajín en la avenida 9 de Octubre y con ello mejore la situación a nivel comercial. (I)