Con muestras de golpes en la cabeza y en otras partes del cuerpo, un menor de 18 meses murió en un hospital público de Guayaquil hace dos semanas. Por el caso, la justicia dispuso prisión preventiva para el padrastro de la criatura y el internamiento de la madre del niño, una adolescente de 16 años.

Ambos son investigados por asesinato, pues serían quienes provocaron los golpes al menor alegando que trataban de corregir al niño que “era inquieto y malcriado”.

Aquello puso en el debate una inquietud: hasta qué punto una acción con fines disciplinarios puede configurar un caso de maltrato infantil. Hoy, en el marco del Día del Niño, conocedores del tema analizan el asunto y la realidad de Guayaquil.

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Detienen a padrastro de niño de 18 meses que llegó con golpes a hospital y que murió tras varias horas de agonía

El Consejo Cantonal de Protección Integral de Derechos de Guayaquil atendió 597 casos de maltrato o negligencia con menores y dictó 2.037 medidas de protección durante el 2019. En 2020, la cifra disminuyó a 260 (960 medidas dictadas) y en 2021 conoció 351 casos (1.405 medidas de protección dispuestas).

Dicha instancia asiste en situaciones que constituyen una contravención. Actúa de oficio o mediante denuncias por amenaza o vulneración de derechos y dicta las medidas de protección pertinentes. Cuando se trata de un delito el caso lo lleva la Fiscalía.

Según el artículo 67 del Código Orgánico de la Niñez y Adolescencia, se entiende por maltrato toda conducta de acción u omisión que provoque o pueda producir daño a la integridad o salud física, psicológica o sexual de un niño o adolescente por parte de cualquier persona.

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Se incluye a los progenitores, parientes, educadores y personas a cargo del cuidado del menor.

Foto: El Universo

Dentro de esta categoría de maltrato consta también el trato negligente o descuido grave o reiterado en el cumplimiento de las obligaciones para con niños y adolescentes, relativas a la prestación de alimentos, alimentación, atención médica, educación o cuidados diarios y su utilización en la mendicidad.

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Acogiéndose a esta reglamentación, sostuvo Judith Gálvez, secretaria ejecutiva del Consejo Cantonal de Protección Integral de Derechos, maltrato implica toda agresión física, incluso recriminaciones verbales que puedan provocar un efecto negativo a nivel emocional.

Para educar a un menor de edad, añadió, los padres deben conversar y, principalmente, escuchar a sus hijos, ponerles límites y aplicar correctivos (restricciones de actividades que les gustan) acordes a la edad y capacidad de razonamiento de los menores.

“A un niño mientras más pequeño es hay que darle más directrices (...) Aquí lo que debemos trabajar es en la prevención. Ya no debe estar ese padre golpeándolo enojado y diciendo es que como no lo haces bien yo te castigo”, manifestó Gálvez.

Especialistas sugieren el diálogo como un medio de orientación. La mayor parte de casos de maltrato parten desde el hogar. Foto: El Universo

Ella refirió que el maltrato proviene, mayoritariamente, de los padres de familia en el seno del hogar.

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El capitán Andrés Rivadeneira, jefe de operaciones de la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen), coincidió en ello. Indicó que durante el 2022 esta unidad ha intervenido en ocho casos de maltrato físico e igual número de situaciones de maltrato psicológico denunciadas ante el Consejo Cantonal de Protección Integral de Derechos.

La Dinapen no interviene en casos denunciados ante la Fiscalía.

“El 60 % de maltrato es dentro de la casa, o sea padre, madre, padrastro, madrastra. El 25 % es de familia, pero que no conviven ahí (con los menores), sino de la familia en conjunto; y el 15 % es de factores externos: vecinos, escuela, colegio”, sostuvo el uniformado”. Además, Rivadeneira dijo que hay muchos casos que no se denuncian.

Lorena Cuadrado, máster en terapia familiar y directora del Departamento de Orientación de la Universidad Espíritu Santo (UEES), mencionó que el maltrato o castigo físico no forma al menor, sino que por el contrario deforma y lastima. Por tanto, añadió, es una práctica arcaica que debe ser erradicada.

‘Una separación no debe poner en riesgo el desarrollo de niños o adolescentes’, dice la psicóloga Daniela Ziritt

“Se ha comprobado que no forma el maltrato. Lastima y deja secuelas en las personas, tanto que las personas comienzan a reproducirlo como un medio de formación y de crianza y estamos normalizando la violencia con el maltrato físico. Entonces, decimos que es bueno para que el niño aprenda, o sea, estamos dando dos conceptos tan contradictorios: lo que te lastima te va a ayudar”, recalcó la especialista.

Expresó que ante un comportamiento inadecuado del menor el padre o madre de familia debe hablar con el niño, escucharlo y poner normas para el cumplimiento de todos los integrantes de la familia.

Un error común, comentó, es descargar el coraje producido por algún factor externo con los niños en casa. Ante eso, manifestó Cuadrado, es aconsejable gestionar esa emoción saliendo a caminar o cumpliendo alguna otra actividad. (I)