Mayor tiempo de espera, incomodidad por aglomeraciones y desorden en las paradas para subirse a las unidades son asuntos que aquejan a algunos usuarios que utilizan cotidianamente el sistema de Metrovía, una vez que retornaron a sus actividades presenciales luego de la época más complicada de la pandemia de COVID-19.

Conforme se liberaron medidas, una usuaria de este servicio, Digna Parrales, contó que en distintos horarios utiliza unidades que pasan por las paradas que se ubican en la av. Boyacá, sobre todo del hospital Luis Vernaza, para movilizarse hacia Los Tulipanes, en el sur.

En estos viajes, ella mencionó que en ciertas ocasiones observa el paso con más frecuencia de buses con tres puertas en lugar de los articulados (de cuatro puertas) con los que se inició el servicio. “A veces el primero viene lleno y toca esperar otros diez minutos para subirse en el siguiente”, mencionó.

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Aquello, para ella, genera inconvenientes, puesto que hay usuarios que se distribuyen en las cuatro puertas de las paradas, pero al llegar buses con tres puertas se genera desorden y varios buscan a última hora colarse en una de las filas que sí cuentan con accesos disponibles a la unidad.

Estefanía Casto debe movilizarse cotidianamente de la Terminal Río Daule con dirección al sur de Guayaquil. Ella también contó que aún la ciudadanía no se acostumbra a acomodarse en filas y no existe una coordinación adecuada para guiar a los usuarios de acuerdo con la unidad disponible.

En esa terminal, ella acostumbraba a ponerse en la tercera fila para ingresar por la puerta correspondiente de los articulados, pero ahora se ha dado cuenta de que ocho de cada diez buses que se despachan por lo menos son las unidades de tres puertas y no los articulados, que tienen cuatro puertas de ingreso.

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Al tener una puerta menos, los usuarios se complican en el ingreso y además se llena más rápido la unidad, por lo que se alarga la espera para algunos usuarios. Por eso, Castró contó que ha optado por moverse a la segunda puerta, que es más amplia, y así evitar quedarse a la espera de la siguiente unidad.

“Antes muchos se ponían en la tercera fila que daba a una puerta del articulado, pero en los buses pequeños es menor la capacidad y se complica el ingreso”, dijo.

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Ella contó que regularmente ahora escucha reclamos de otros usuarios que tienen el mismo inconveniente.

“Está terrible porque quieres llegar rápido, subirte a un bus, pero no pasan rápido y haces fila en un lugar en el cual no te puedes subir porque ya ni hay los buses que dan hasta esa zona (en el caso de la cuarta puerta)”, comentó la usuaria.

Otros usuarios que usan a diario el transporte de la troncal de Metroquil cuentan que en el horario de la mañana, entre 07:00 y 08:30, hay desorden en la estación Río Daule, porque mucha gente hace la tercera fila en espera de articulados que no llegan con la misma frecuencia de antes, pues ahora dan más servicios los buses pequeños.

En medio de la desesperación, al ver que no llegan los articulados, la gente corre a las otras puertas para intentar subir a los buses más pequeños.

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Hay usuarios que se quejan porque no hay nadie que informe en las estaciones si la siguiente unidad que llegará es un articulado o bus pequeño.

Los tiempos de espera para usuarios han aumentado en las paradas. Foto: El Universo

Otra ciudadana, Elizabeth Pinto, utiliza desde hace cuatro años el servicio de Metrovía, entre troncales 1 y 3 que se movilizan entre el norte, centro y sur.

En su caso, ella mencionó que en meses recientes notó que en las denominadas horas pico hay más aglomeraciones en las paradas y en las unidades. Ella consideró que hacen falta unidades para la cantidad de usuarios, sobre todo en esas horas de mayor concurrencia de personas.

“Me vengo apretada porque pasan llenas; hay que venirse así”, dijo la usuaria que suele transitar de la terminal de Metrobastión al centro por sus actividades laborales.

Mientras tanto, Evelyn Tibán, moradora del Guasmo, frecuenta la Metrovía al salir de su hogar a las 06:40 con dirección a la Biblioteca Municipal, en la troncal 1, y después hace cambio de unidad a la troncal 3 para seguir a la estación del fuerte militar Huancavilca, en la vía a Daule, donde labora.

En ocasiones, en las paradas de la troncal 1, en el Guasmo, comentó Tibán, debe pugnar por entrar “a la fuerza” o “hacerse espacio” en las unidades que circulan llenas, tanto articulados como unidades de tres puertas, en las mañanas.

“Cuando vengo de la casa para acá (vía a Daule) está lleno, me toca ir de pie en una hora y media de viaje. Tengo que apretarme y entrar”, dijo y agregó que la misma situación la percibe en el retorno a su casa al final de la tarde.

En un anterior trabajo, en el que estuvo hasta hace un mes, también en la vía a Daule, le tocaba esperar el paso de dos a tres unidades de articulados hasta lograr subirse, puesto que iban llenas en el camino de retorno al centro, en las horas consideradas pico, en las cuales se evidencia la necesidad de más unidades.

“Deberían reparar las unidades que están dañadas”, mencionó la usuaria.

Otra ciudadana, Digna Monserrate, contó que asimismo debe esperar de 20 a 25 minutos para subirse a la unidad que va de la av. de las Américas a la Playita del Guasmo y luego a un alimentador que pasa después de 25 a 30 minutos para ir al hospital público de la zona. En su retorno también se torna “pesado” el viaje.

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“Que haya más alimentadores y más unidades de Metrovía, porque no son suficientes, antes pasaban cada diez-quince (minutos) máximo, eran más rápidas”, dijo la señora.

Al igual que Tibán, en ocasiones, cuando espera en las paradas de la troncal 1 o 2, aparecen unidades de menos dimensiones y se queda afuera puesto que ya no hay espacio en los accesos y tienen menos capacidad.

“Eso genera atraso y toca salir más temprano, y da miedo porque hay tantos ladrones ya que las calles están desoladas”, dijo.

Ante un pedido de este Diario, la Agencia de Tránsito y Movilidad, a cargo de la Metrovía, indicó que el sistema mantiene una flota operativa de 163 unidades, de las cuales 103 son utilizadas en la ruta troncal y 60 en alimentadoras.

Específicamente se detalló que Metroquil cuenta con 47 buses troncales y 13 alimentadores; Metroexpress, con 35 buses troncales y 44 alimentadores; y Metrobastión, con 42 buses troncales y 33 unidades de rutas alimentadoras.

Entre las tres troncales suman 214 unidades disponibles, cuya diferencia con la flota operativa (163), es decir, 51 unidades, se encuentran en parqueos listas para “incorporarse en función de la demanda de usuarios”, se indicó.

A su vez, la entidad ofreció detalles de la flota no operativa por disminución de demanda, mantenimiento o repotenciación en cada una de las tres troncales. Entre todas suman 151 unidades.

¿Cuántas unidades están sin operar?

En Metroquil están sin operar 9 buses troncales y 30 alimentadores, en Metroexpress se contabilizan 34 buses troncales y 23 alimentadores sin circular; y en Metrobastión hay 23 buses troncales y 32 alimentadores fuera de servicio.

La entidad explicó que una parte de la flota, que es propiedad netamente de los operadores del sistema y no de la ATM ni del Municipio, y que se encuentra en estacionamiento de las terminales, corresponde a “contratos anteriores”.

“Es decir, ya no están en operación y deben pasar a proceso de chatarrización; otras están en gestión de mantenimiento. Sin embargo, considerando que el servicio es brindado por un sistema de transportación BRT (Autobús de tránsito rápido, por sus siglas en inglés), la cantidad de unidades puestas a operación va conforme a la demanda de usuarios, que está por 51 % con relación a la demanda que existía prepandemia”, explicó la ATM a este Diario.

Como plan de contingencia, en las denominadas horas pico, se explicó que se cuenta con un 10 % de la flota operativa para realizar “inyecciones” en las troncales.

A su vez, la entidad explicó que los congestionamientos por el irrespeto del carril exclusivo desencadenan en que las unidades se queden represadas y generen incrementos en los tiempos de viaje de los usuarios, pese a la puesta de más unidades en las vías.

Sobre el uso más frecuente de unidades con tres puertas en la troncal 1, que va del Guasmo a la terminal Río Daule, de acuerdo con el contrato de operación, la mayoría de la flota troncalizada en este recorrido está conformada por buses articulados de 18 metros y por buses de 15 metros que no son articulados, se indicó. “La cantidad de unidades se establece de acuerdo con la demanda, teniendo en consideración que es un sistema de transportación BRT”, explicó la ATM.

Visión de administración entrante

En este periodo de transición, Aquiles Álvarez, alcalde electo de Guayaquil, dijo en una entrevista televisiva que la situación de la operación del servicio preocupa y que la reducción de precio del pasaje (anunciado en su campaña) se cumplirá con base en reestructuraciones del presupuesto municipal.

“Vamos a buscar la forma... se vienen decisiones duras e importantes, una de esas es la Metrovía, transportistas que no tienen recursos para renovar la flota de la Metrovía”, dijo.

Además, sostuvo que un buen porcentaje de unidades se encuentran sin operatividad en la actualidad. Ante ello, en el corto o mediano plazo, estimó que si no se “toma acción” puede que llegue el día en que “no haya ninguna unidad de Metrovía” en las calles, estimó.

Ante la actual situación, Álvarez dijo que su idea personal es que el Municipio tenga “el control de la Metrovía” para dar un mejor servicio, renovar la flota y dejar de dar salvatajes al servicio.

Operación de la Metrovía será uno de los temas que analizará la administración entrante, advirtió el alcalde electo Aquiles Álvarez. Foto: El Universo

“Hay que analizar bien el modelo del negocio, porque si toca que el Municipio tenga la administración de la Metrovía para buscar solucionar ese problema, que está hecho un desastre, lo vamos a hacer”, dijo en Teleamazonas.

Tres ayudas económicas han sido aprobadas por el Concejo municipal para apoyar al servicio de Metrovía. La tercera compensación (de $ 3,5 millones) aprobada por el Concejo era “compensatorios a la sostenibilidad del servicio”, se indicó en meses pasados. Antes se habían autorizado dos entregas de $ 2,6 millones, respectivamente.

En ese entonces, el servicio contaba con la operación de 206 de 375 unidades operativas de la flota, es decir, el 55 %. Antes de pandemia se movilizaba por encima de los 400.000 pasajeros y hasta ese entonces se redujo a 200.000. (I)