Las inundaciones en zonas del norte de Guayaquil se han convertido en una constante en los últimos años. El nivel del agua alcanza la mitad de los neumáticos de los vehículos, el líquido ingresa a las viviendas y locales, los sistemas de drenaje en algunas zonas colapsan por la mala disposición de desechos y la incomodidad en la ciudadanía se eleva.