En la cooperativa 26 de Febrero, en Mapasingue este, hay temor. La torrencial lluvia que cayó en Guayaquil durante la noche del 2 y madrugada de este 3 de abril provocó la caída de árboles, rocas y tierra desde el cerro que colinda con el vecindario.
Vecinos escucharon un estruendo y luego el sonido de agua que salía con fuerza.
La precipitación provocó, aproximadamente a las 02:00, que árboles se arranquen desde la raíz y caigan a pocos metros de viviendas que están en las laderas del cerro.
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Desde la parte alta de la montaña se abrieron pequeñas cascadas que empujaban la tierra y los árboles a su paso. El agua y el lodo arrastraron, además, basura de la zona alta.
En las peatonales de la cooperativa quedaron pedazos de troncos de árboles, baldes y hasta techos trizados.
“Yo tengo como 25 años aquí viviendo y es la primera vez que se ve algo así”, dijo Christian Celi, morador de la cooperativa del norte de la urbe.
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El vecino relató que las zanjas que existen para el desfogue de agua se taparon con tierra y ramas y los moradores salieron, durante la torrencial lluvia, a retirar el material para evitar que el líquido ingrese con fuerza a los inmuebles.
Si bien con los deslizamientos lidian durante la época invernal, Celi manifestó que las lluvias de los últimos días han generado estragos que no se habían visto en los últimos diez a quince años en la zona.
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“Tuvimos que destapar para que se vaya el agua y eso no empuje y pueda ser peor”, dijo el morador, quien con escobas y baldes retiró el agua con lodo de la sala de su casa.
A Jimmy Alvarado le cayó un árbol sobre el techo de su casa en la que vive con su esposa y cuatro hijos. El tronco levantó el zinc y dejó un espacio por donde ingresó el agua y el lodo durante el diluvio.
La caída del árbol generó un ruido tan fuerte que levantó a los vecinos de su cuadra.
“Nos asustamos y tuvimos que salir en la madrugada de la casa. Ahora estamos alquilando algo porque ya no nos sentimos seguros aquí”, señaló.
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Su casa quedó con agua y lodo en todo el piso. Los bloques de las paredes filtraron el líquido que bajaba desde la parte alta de la montaña.
La casa de Wilson Plúas también filtró agua hacia el baño, sala y cuartos. “Yo vivo aquí más de 40 años y esta es la primera vez que está con tanta fuerza todo. Dicen que esto va a estar hasta la quincena de abril y eso nos tiene preocupados”, aseguró Plúas.
En esta cooperativa también hay preocupación por viviendas que están deshabitadas y que corren peligro de derrumbe durante lluvias intensas.
Mapasingue este, de hecho, es una de las zonas que el Municipio de Guayaquil identificó como propensas a deslizamientos en 2024. Desde finales de enero de ese año se inició con la colocación de los letreros en áreas como cerro Santa Ana, cerro de El Carmen, Bellavista Alta, Bellavista Baja, San Eduardo, cerro Paraíso, Mapasingue este, Urdenor, Mapasingue oeste, Perimetral, Prosperina, Bastión, Flor de Bastión, cerro Jordán, Nueva Prosperina y la cooperativa Janet Toral, noroeste de la urbe.
En la ciudadela El Paraíso, el temor es similar. Tras las últimas precipitaciones, material descendió del cerro y quedó sobre las escalinatas que dan hacia las canchas de la zona.
Poco antes de subir hasta la zona del mirador se colocaron cintas de peligro y unos conos para alertar que en ese sitio han caído rocas y tierra. Luego de las lluvias también el agua se mantiene corriendo sobre la calzada, lo que también perjudica el tránsito de vehículos y de personas en las vías.
“No es algo que no hayamos dicho antes, aquí en El Paraíso siempre hay el temor de que el cerro se venga con una lluvia fuerte”, dijo una moradora.
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El sector de Guerreros del Fortín, cerca de la avenida Casuarina, en el noroeste de la ciudad, también ha sufrido estragos por la temporada de lluvias. Inmensas rocas y tierra se han deslizado desde la zona alta de un cerro. Esto ha afectado a viviendas del sector.
El pedido de moradores de las diferentes zonas propensas a deslizamientos es que se realice una contención en los cerros y, de registrarse caída de material, funcionarios acudan a realizar la limpieza correspondiente.
“Lo que buscamos es que se haga un análisis, un sondeo de los barrios que viven cerca de los cerros. Que nos digan qué debemos hacer o qué solución nos dan en los sitios que vivimos más de dos o tres décadas”, manifestó Roberto Pacheco, de Mapasingue este. (I)