Optimistas y felices se sentían las 42 personas con capacidades especiales al demostrar ayer que, pese a sus limitaciones físicas e intelectuales, son productivas. Ellos aprendieron a elaborar una variedad de productos de limpieza, como cloro, desinfectante de piso, jabón líquido y suavizante de ropa.

Estos productos, que tienen la marca Genial, los exhibieron y vendieron en las afueras del Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional (Secap), en Quito y Padre Solano.

Allí funciona el Servicio de Integración Laboral (SIL). Este organismo estatal ofrece diferentes talleres cada mes.

Publicidad

Hoy, las 42 personas con capacidades especiales, que aprendieron a elaborar esos productos, se incorporarán del taller, en un acto que se hará en el auditorio del Secap.

“Esta es una oportunidad que tenemos para salir adelante por nuestros propios medios”, expresó Ángel M., de 44 años, quien a causa de la poliomielitis que le dio de pequeño tiene impedimento para caminar y tomar objetos con las manos.

Él aprendió la teoría y se la explicó a su esposa, Miriam, para ponerla en práctica. Ahora, los fines de semana hace jabón, desinfectante y suavizante de ropa bajo pedido.

Publicidad

De lunes a viernes, él trabaja en el área administrativa del SIL. Ángel es una de las 3.000 personas que han sido reinsertadas laboralmente en empresas de la ciudad, en los nueve años de esta entidad, indicó la coordinadora, Eva Palacios.

Cristy, de 44 años, era una de las más entusiastas del grupo. A quien pasaba por el sitio, caminando o en su carro, en cada semáforo en rojo, ofrecía sus productos. El ambientador de vehículos fue uno de los más pedidos. En cada venta que hacía, ella sonreía, mientras sus colegas la felicitaban.

Publicidad

“Diosito me dio el don para las ventas”, afirmó Cristy. Junto a ella estaba Miriam A., quien llevaba las cuentas y es madre de un menor con parálisis cerebral. Por eso ella también recibió el curso.

Afirmó sentirse optimista y con la esperanza de dedicarse a ese oficio. Actualmente elabora cloro y lo vende a sus vecinos y familiares. “Es una ayuda que tengo para sustentar a mi hijo. Yo vendo cada litro a $ 0,50 y el galón, a $ 1,50. Luego haré jabón, pero se gasta más y ahora no tengo los recursos para invertir”, señaló.

El grupo también elabora perfumes de varias fragancias. “Sí podemos, somos productivos”, voceaban a viva voz.