¿Cómo evalúa esta segunda fase del proyecto?
He dicho que el diploma que yo tengo es de pianista, profesor de música, maestro de escuela. No he hecho un curso en psicología o especialidad, excepto el diploma que me ha dado la vida y la experiencia de haber vivido en carne propia un origen modesto, humilde.

¿Y cómo esa experiencia de vida contribuye al principio de este proyecto que es prevención contra las drogas?
Bueno, hay cuatro eslabones en una cadena que deben estar unidos, con la educación combates la pobreza, cuando la pobreza disminuye, las posibilidades para los jóvenes crecen. Por otro lado, el deporte y el arte, darles opciones a los jóvenes. A mí me mandaron una orquestita sinfónica (a mi pueblo) y ese pianista me cambió la vida.

¿Qué paso se debe seguir tras sus charlas?
Soy un eslabón de esa cadena. Es la primera pastilla que los especialistas deben evaluar qué sigue... Yo lo que evalúo aquí es que hay una disfunción o separación en el ente familiar, el chico que anda solo, las redes sociales, todo eso hace que salga a la calle y está aquel que le saca partido al chico sin dirección.

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¿Esta es una contribución voluntaria del artista a la problemática del Ecuador?
Todo es voluntario, pero todos recogemos los beneficios, lo que no estamos haciendo es utilizar a la juventud con motivo de nuestro beneficio, hay un costo, una producción.

Al final, con los resultados, ¿se podrá decir que valió la pena que el Gobierno haya invertido $ 1,79 millones en el proyecto?
Yo no puedo juzgar esas cifras. Esas cifras no las manejo yo. Así como no hablo de política, tampoco hablo de dinero. (I)