El momento más emotivo de la vigilia se dio a las 03:30 de ayer. En el Vaticano el papa Francisco declaraba la santidad de la madre Teresa de Calcuta, y en la cooperativa Sergio Toral, en el noroeste de la ciudad, a la distancia, los fieles que siguieron la transmisión de la ceremonia se llenaron de un júbilo que provocó lágrimas, sonrisas, aplausos y vítores incesantes.

El repicar de las campanas de la iglesia Santa Madre Teresa de Calcuta, en dicho sector de la periferia guayaquileña, acompañó el anuncio durante cinco minutos. Y el cielo se iluminó con juegos pirotécnicos.

Parado al pie del campanario, en la parte frontal izquierda del templo, Milton Guadamud pidió por su esposa, Grace Chequer, y por sus hijos Wilson, Tifanny, Jeremy, Adán y Salomé, quienes estuvieron en la vigilia hasta las 02:00.

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“Fue un privilegio haber tocado la campana. Sentimos mucha emoción porque nuestra patrona nunca pensamos que iba a llegar tan pronto a ser santa”, expresó el hombre que junto con su cónyuge y decenas de familias ayudaron en los preparativos de la vigilia que empezó cerca de las 22:00 del sábado y culminó a las 05:30 de ayer.

Las incidencias de la canonización en la plaza de San Pedro, donde se dieron cita más de cien mil personas, fueron proyectadas en la Sergio Toral sobre una tarima en cuyo lado izquierdo se ubicó una imagen de la madre Teresa de Calcuta.

Esa transmisión en los predios de la iglesia fue seguida por más de un centenar de fieles, quienes como Isabel Fajardo y María Buendía lucharon contra el cansancio de varias horas de vigilia.

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Ambas llegaron a las 22:00 desde la Alborada, donde hasta hace 9 meses el padre Edwin Haimacaña, hoy párroco en la Sergio Toral, colaboró con servicio pastoral.

Al finalizar la ceremonia en el Vaticano, el religioso bendijo a los fieles portando en la mano derecha una custodia en la que reposan reliquias de santa Teresa de Calcuta, de quien el papa Francisco destacó su afán de acercarse a los enfermos y pobres de las periferias.

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“Hemos vivido este momento único (...) sepan que Dios recompensará este gesto de generosidad de ustedes”, dijo el párroco durante la bendición.

Antes de la transmisión de la canonización, grupos parroquiales como Juan XXIII, Legión de María, Matrimonios para Cristo, entre otros, recordaron las frases de la madre Teresa y reflexionaron sobre su labor desplegada durante su ministerio.

Rocío Lema reflexionó sobre la frase: “Si tú juzgas a la gente, no tienes tiempo para amarla”, atribuida a la santa albanesa, que murió el 5 de septiembre de 1997 a los 87 años y fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1979.

A las 16:00 de ayer estaba prevista una misa con el arzobispo de Guayaquil en la Sergio Toral, donde se consagraría el altar remodelado de la iglesia del sector. (I)

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