El sol está a punto de ocultarse y Ulises Lecaro Alvarado, de 65 años, con las manos arrugadas sigue tejiendo la atarraya, una red que lleva plomo en sus bordes y sirve para la pesca de peces medianos y pequeños. Sus ojos de color café claro ven sin lentes y sin dificultad, así, sin complicaciones sabe cómo mover la ojeta y unir la piola desde los 12 años.