En la parte frontal de urbanizaciones ubicadas en la av. León Febres-Cordero, pertenecientes a la parroquia La Aurora, flamean las banderas del cantón Daule y del Ecuador colocadas sobre largas astas metálicas. En algunos de estos símbolos ya se observa el paso del tiempo, mientras que otros lucen nuevos y limpios.
La colocación de las banderas generó opiniones diversas entre los residentes de las diferentes urbanizaciones de esta parroquia. Pues, a inicios de este mes, llegó un documento en el que se obligaba a los directivos y administradores de los diferentes proyectos, al igual que a centros comerciales y plazas, a ubicar estos símbolos en zonas visibles.
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De no acatar la disposición serían multados con cinco salarios básicos, es decir, $ 2.300 (considerando que el salario de 2024 es de $ 460).
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La notificación detalla que la urgencia de esta medida se debe a la proximidad de la fecha de la celebración de la parroquialización de La Aurora.
Para el residente Santiago Coello, esta es una acción exagerada. “Es exagerado, basado en el abandono en el que está el sector. Es claro que a La Aurora se la está tomando como ‘caja chica’ de Daule”, manifestó.
Esta medida, sin embargo, no es nueva ya que forma parte de la reforma a una ordenanza sustitutiva de 2017. El 22 de septiembre de ese año se publicó la Ordenanza Sustitutiva a la Ordenanza de Cobro de Tasas por Servicios Técnicos Administrativos que presta el Gobierno Autónomo Descentralizado de Daule.
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Casi tres años más tarde, el 5 de marzo de 2020 se aprobó la reforma en la que se incluye un acápite para las urbanizaciones.
Allí se estableció la sanción por no ubicar visiblemente las banderas de Daule y del Ecuador al ingreso de los proyectos habitacionales y por no indicar en sus promociones de venta que el proyecto se encuentra ubicado en el cantón Daule.
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Desde la visión de Javier Ortiz, quien vive en la urbanización Villa del Rey, esta podría ser una medida que incentive y eduque a los mas pequeños. También para que diferencien a los diferentes cantones.
Sin embargo, considera que, al ser una disposición obligatoria y que se sanciona, pierde el sentido de educar al convertirse en algo “dictatorial”.
Annie Chica destaca que, si bien el colocar la bandera quizá tiene el objetivo de cerrar esa pelea de desde dónde se inicia Daule y Samborondón, la sanción es elevada y no genera un sentido de pertenencia en los moradores.
“Hay que tener en cuenta que en Daule hay muchas personas que no somos de Daule y, al menos yo, no me siento identificada con la bandera. Es un poco exagerado que, por el ánimo de realzar al cantón, se imponga una multa tan alta”, dice Chica.
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Ella también cuestiona si esto será un factor que eleve el cobro de alícuotas o alguna tasa al interior de las urbanizaciones por colocación y mantenimiento.
Para la residente también es necesario —de no reducir vía reforma el monto de las multas— que se mencione desde el cabildo lo que se hará con los fondos recolectados por concepto de las sanciones, no solo hacia las urbanizaciones, sino también hacia los otros sitios en los que se obligan a colocar las banderas.
“Creo que Daule, el Municipio, debe ver que hay cosas más importantes que una urbanización tenga una bandera afuera. De nada sirve tener una bandera ondeando y a la vista de todos si a pocos metros hay calles con huecos, hay inseguridad y hay otras cosas que se deben solucionar”, puntualiza.
Roberto Torres, residente de otra urbanización, dice que esta es una tasa más o disposición que perjudica a quienes viven en Daule, especialmente en La Aurora.
“Aún no se ha dicho cómo van a cobrarnos la colocación de las banderas. Nosotros ya pagamos bastante con la luz elevada, con el cobro de lo del puente en predios. Los dauleños ya no podemos ni soportamos una tarifa más”, manifiesta. (I)
