Quevedo, LOS RÍOS

“Medalla olímpica, mamá, ya te voy a comprar la casa de tus sueños”, le dijo Lucía Yépez a su madre, María, a través de una llamada telefónica poco después de su clasificación para la final de lucha de los Juegos Olímpicos.

La Tigra, como se conoce a Lucía, aseguró la mañana de este miércoles, 7 de agosto, la medalla de plata luego de derrotar a la alemana Annika Wendle.

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La gran final se realizará mañana, jueves 8 de agosto, contra la japonesa Akari Fujinami.

En su casa, ubicada en la cooperativa Vivienda 20 de Febrero, de la parroquia Venus, del cantón Quevedo, su madre y sus hermanas estuvieron atentas a su participación.

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“No pudimos ni dormir, estuvimos esperando desde temprano la jugada de Lucía. Yo, por temor a que mi hija resulte lastimada, cierro los ojos, pero estoy atenta hasta que termine la lucha”, dijo María y describió a Lucía como una joven humilde pese a todos los logros y países que ha recorrido.

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Lucía inició su carrera deportiva a los 10 años y es la segunda de tres hermanas. La mayor, Elena, es entrenadora de lucha.

Sus familiares la describen como una joven muy familiar, hogareña y devota a la Virgen de Guadalupe.

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María Guzmán coloca una vela a la Virgen de Guadalupe, a la que la ‘Tigra’ y ella son devotas.

“Una vez se me fue al estadio con unos amigos, yo fui a ver qué era lo que estaba haciendo y me dijeron que entrenaba lucha. Desde entonces he apoyado a mi hija y lo haré siempre”, asegura María y precisa que uno de los sueños de Lucía es comprarle una casa, por ello en su llamada le reiteró la promesa.

María cuenta los días para poder reencontrarse con la Tigra, a quien no ha visto físicamente desde hace más de dos meses.

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“Todos los días hablamos por medio de videollamada. El lunes finalmente voy a ver a mi hija. Ella muy cariñosa, hasta le gusta dormir conmigo, me abraza, me toca el cabello. Es mi niña”, indicó la madre de Lucía.

Ella nació en el recinto Alisal, del cantón Mocache, donde vivió hasta los 5 años. Luego, junto con sus padres y hermanos, se trasladó a vivir a Quevedo.

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“Vinimos a Quevedo cuando Lucía tenía unos 5 años. Ella estudió en una escuela cerca de la casa, la Andrés E. F. Córdova, y terminó la secundaria en el colegio Manuel Quintana Miranda”. (I)