Un espontáneo abrazo de un niño de 4 años sorprendió, cuando entraba al hospital Francisco de Ycaza Bustamante, a la doctora de la risa Raquel Rodríguez, presidenta de la Fundación Narices Rojas, quien al sentirlo inmediatamente le correspondió diciendo: “Gracias por este rico y fuerte abrazo”.

La doctora de la risa junto a tres payasos hospitalarios, vestidos con trajes holgados, caritas pintadas, narices rojas y gorros de diferentes colores, visitaron ayer el centro de salud para agasajar a los niños por su día y el de ellos, que mañana cumplirán su quinto aniversario.

Con bromas, abrazos y besos, los payasos hospitalarios hicieron reír y olvidarse por un momento de sus afecciones a los niños ingresados en el tercer piso de la institución.

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Entre ellos, David, de 4 años, quien padece de síndrome de Down y afecciones cardiacas. “Me siento feliz al verlo reír. A veces está llorando en la cuna y cuando llegan los payasos le alegran el día”, expresó su madre, Betty Pita, quien aseguró que los personajes los motivan y divierten.

La presencia de los clowns también animó a Jeremy, de 7 años, quien se levantó de su cama y empezó a saltar. “¡Me encantan los payasitos!”, expresó el menor, quien interactuó y jugó con ellos.

Su madre, Joxi Cueva, cree que estas presentaciones se deberían realizar todos los días, porque “los niños se animan y logran que nosotros dejemos la preocupación a un lado al verlos felices”.

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Son aproximadamente quince minutos que los payasos hospitalarios están en cada sala. En ese tiempo, los doctores de la risa, además, les recetan a los padres que les den a sus hijos, cada hora, un fuerte abrazo, y cada treinta minutos, la terapia de la risa, que consiste en decir en voz alta: “¡Ja, ja, ja!, ¡je, je, je!, ¡ji, ji, ji!, ¡jo, jo, jo!, ¡ju, ju, ju!”.

“Nosotros venimos a jugar con ellos y ellos, con nosotros. Los miramos a los ojos, abrazamos y besamos, nos compenetramos con ellos”, comentó Miguel Ángel Zelaya, conocido como el doctor Augusto, uno de los 30 clowns activos, de los 60 que se han graduado en estos cinco años.

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“Cuando los niños nos regalan una sonrisa, es una sensación gratificante que nos llena emocionalmente”, dijo Dianabel Barragán, de 20 años, quien mañana se graduará de clown junto a otro diez compañeros.

Para Rodríguez, presidenta y fundadora de la institución, el payaso hospitalario “no es un personaje que uno construye, es uno mismo con la vulnerabilidad, inocencia y con todo el potencial al 1.000%”.

Parte de su deber de clowns es estar atentos a lo que necesita el paciente. “Al interactuar con ellos percibimos lo que podemos y no hacer. Compartimos todo lo que tenemos y apostamos en el amor y humor para mejorar el estado de ánimo y de salud”, aseveró.

Quienes deseen colaborar con la fundación o ser un clown pueden inscribirse en los talleres al 234-3257, (09) 792-4140 o al correo electrónico escuela.narices@hotmail.com.

El 1 de junio

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Los clowns visitarán Solca a las 06:30. A las 10:00 será la obra de teatro Matambre, en el museo Simón Bolívar.

Del 2 al 4 de junio

Talleres de la risa. Esta actividad será a las 17:00 y el Yoga de la risa se realizará a las 18:00, en el museo Simón Bolívar.

El 2 y 3 de junio

Los payasos visitarán los hospitales Roberto Gilbert y León Becerra, a las 10:00.

El 5 de junio

Jornada de abrazos se realizará desde las 16:00, al pie del cerro del Carmen. También el abrazo más largo y la fotografía con mayor cantidad de narices rojas.