El suizo Roger Federer llegó a Brisbane (Australia), donde abre la temporada en este torneo del circuito, y apuntó que las críticas que ha recibido este año por su irregular nivel “son parte de este deporte”, pero que no está acabado.

El pasado domingo, Federer se convirtió en un típico turista y paseó por los lugares más frecuentados de la ciudad. El suizo disfrutó de una vista de los rascacielos desde Kangaroo Point y también visitó con su familia el parque Lone Pine Koala Sanctuary, donde mantuvo en brazos a un koala de 5 años y dio de comer a unos canguros.

Tras ser recibido por Jann Stuckey, ministro de Turismo, tuvo un encuentro con la prensa, en el que analizó los malos resultados de esta campaña, en la que ha acabado sexto del mundo, solo ganó un título (Halle) y faltó a todas las finales de los Grand Slam. Su mejor resultado fue llegar a las semifinales del Abierto de Australia.

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“La gente siempre va a saltar y decir ‘este está acabado’ y eso es lo que ha pasado este año”, dijo Federer. “Las críticas son parte de este deporte, pero ellos son los últimos que me empujarán fuera de esta especialidad. Me encanta el tenis y ahora no quiero desperdiciar ninguna oportunidad más”, dijo el exnúmero uno del mundo.

“El tenis es muy importante en la vida de uno, pero no lo es todo. Siempre tuve clara mi perspectiva de las cosas y la importancia que tiene mi familia”, destacó el suizo.

Como acostumbra, Federer, de 32 años, espera mejorar en el 2014, por lo que ha entrenado durante una semana en Dubái, tras contratar al sueco Stefan Edberg, que cumplirá 48 años.