La anécdota en la previa del partido entre Gales y Eslovaquia en el Matmut Atlantique de Burdeos se produjo en el calentamiento, cuando Gareth Bale le rompió, obviamente sin querer, la nariz a un aficionado galés de un balonazo.
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El ídolo de la selección galesa se acercó enseguida para disculparse con el aficionado.
La anécdota en la previa del partido entre Gales y Eslovaquia en el Matmut Atlantique de Burdeos se produjo en el calentamiento, cuando Gareth Bale le rompió, obviamente sin querer, la nariz a un aficionado galés de un balonazo.
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