Sergio Quintero no imaginó que la emotiva arenga que dio antes del debut de la Tri en el Mundial Sub-20 llegaría a los corazones de todos los ecuatorianos y mucho menos viralizarse el video. Lo eligieron para darla por ser el más alegre, le cuenta a EL UNIVERSO, y porque para medir a Japón no estaría por suspensión.

Así que pidió la palabra. El capitán (John Espinoza) le dio luz verde, y el esmeraldeño se expresó con naturalidad. “En la cancha, nada que soy Messi, nada que soy el mejor. Si estamos todos, en un grupo, todos, pegados, unidos, no hay quién nos gane, viejo. ¡No hay quién nos gane!”, fue el mensaje del volante.

La Máquina (20 años), como lo llaman, clave para obtener el bronce en el Mundial juvenil, se despidió del Imbabura SC el domingo con un gol y con el sueño latente de continuar su incipiente carrera en Europa o en un equipo ‘grande’ del país.

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En sus inicios en el fútbol varios clubes resolvieron no contar con usted.

Salí a los 12 años (de Urbina, parroquia rural de San Lorenzo, Esmeraldas), a probarme en Independiente del Valle, pero no me dieron la oportunidad y regresé a San Lorenzo a estudiar. Cuando tenía 16 años fue Pablo Sotalín (entrenador nacional) a hacer unas pruebas a mi pueblo, y seleccionó a seis chicos, entre esos yo.

Él nos tenía en su casa y nos llevaba a todo club a hacer pruebas, pero ninguno me dio chance. Fuimos a Liga, El Nacional, Católica, fuimos a todos los equipos de Quito y no tuve oportunidades. Entonces me uní a un equipo de segunda división (de Pichincha), que se llama Cumbayá.

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Allí debuté y jugué un año. Luego me fui a Ibarra, y después pasé al Mushuc Runa, donde me iban a inscribir, pero se cerró el libro de pases. Estudiaba en Ibarra y me fui a hacer unas pruebas en el Imbabura SC, cuando estaba en la serie B. Tenía 17 años, entonces era juvenil. Me quedé jugando en ese equipo, y mientras yo me mostraba me dieron la oportunidad en un microciclo de la Selección. Aquí es donde me mostré a nivel nacional.

¿Por qué lo eligieron para arengar a la Selección antes del debut en el Mundial de Polonia?

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Porque yo soy el más alegre, yo me llevo con todos. El capitán me dio la palabra. Ese pequeño mensaje que di me salió del corazón, creo que lo tomaron de la mejor manera, y pudimos hacer las cosas bien en la Copa del Mundo.

¿Cuándo fue esa reunión para elegirlo y dónde?

En una habitación del hotel. Siempre, antes de los partidos, nos reuníamos todos a rezar, a charlar. Fue un día antes del debut contra Japón (1-1).

Sabemos que la reunión duró mucho tiempo, pero el extracto que publicaron se viralizó en las redes.

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No me lo esperaba, pero se dio de la mejor manera y llegó a todos los ecuatorianos porque lo hice de corazón. Me expresé porque no podía jugar en el estreno, tenía que cumplir un partido de suspensión y quería darles ese mensaje de motivación para que todos hagamos las cosas de la mejor manera.

Es de los que disfruta el fútbol al máximo.

En mi posición (volante) se sufre y se disfruta, pero ahora jugamos con más tranquilidad y más relajados, porque jugamos al fútbol, y sabemos cuándo atacar o defender y a quién darle un pase.

¿Por qué cree que le dicen la Máquina?

Por mi potencia, por mi agresividad en la marca.

Al verlo es imposible no compararlo con Segundo Castillo. Se parecen y tienen características de juego similares.

Sí, me comparan mucho con él por mi estilo de juego y porque físicamente soy fuerte. Pero yo soy más demente que Segundo Castillo, ahora.

¿Más demente?

Sí, porque yo tengo una marca más agresiva (que el mundialista en Alemania).

¿Cambió en algo su vida después del Sudamericano ganado en Chile y del Mundial de Polonia?

Fue algo muy lindo, agarré experiencia en Chile para en el Mundial desarrollarme de la mejor manera. Creo que me fue mejor en el Mundial de Polonia. Todo bien.

¿Sigue siendo el mismo chico que algún día soñaba con ser profesional?

Siempre con humildad. Fuimos campeones del Sudamericano y terceros del mundo, pero nosotros estamos tranquilos y eso ya quedó atrás. Hay que seguir trabajando porque sabemos que estamos para grandes cosas en el fútbol.

¿Tiene un nuevo desafío?

Pienso llegar al fútbol de Europa.

¿No lo conmueve que el Celtic de Escocia se haya fijado en usted?

Lo tomo con calma, con tranquilidad. Estuvieron hablando los representantes del Celtic con el presidente del Imbabura. Hay que llegar a un acuerdo en esta semana, pero si no se dan las cosas tengo propuestas por otros lados y también de Ecuador. Hay que tomar la mejor decisión.

Si se concreta su traspaso al fútbol del Reino Unido, ¿cómo se prepararía para adaptarse a esa cultura?

Adaptarme a ellos, a ese país, será muy difícil, pero con el tiempo y día tras día, creo me puedo igualar a ellos. Debo tomarlo con responsabilidad.

El DT Jorge Célico nos dijo que antes del viaje a Polonia solicitó a la FEF que les dieran clases de inglés. ¿Cómo le fue?

Eso fue algo sencillo, pequeño nomás, un poquito; aprendimos algo, algo.

¿Y es cierto que debían recibir clases de ajedrez?

(Risas) Más o menos.

¿Se rieron cuando Célico les dijo que Ecuador podía ser campeón mundial?

Lo tomamos con seriedad. Nosotros también nos dijimos: Si salimos campeones del Sudamericano, ¿por qué no salir campeones en la Copa del Mundo? Cuando el profe Jorge Célico nos lo dijo fue una motivación más, por eso fue que nosotros, partido a partido, salíamos con todo y la mentalidad nuestra era ser campeón.

¿Qué fue lo primero que hizo al volver de Polonia?

Ir a Ibarra, luego fui a Urbina, a reunirme con toda mi familia. Yo soy un muchacho de Urbina, un pueblito.

5 encuentros disputó Sergio Quintero en el Mundial Sub-20, tres como titular y dos como alternante. No jugó ante Japón, por suspensión, y fue suplente ante Italia, ambos en fase de grupos.

Ganamos el Sudamericano y terceros del mundo, pero eso ya quedó atrás; hay que trabajar, estamos para cosas grandes".Sergio Quintero, volante tricolor.

(D)