Es indiscutible que Jürgen Klinsmann, “el gran nombre” que tenía la Federación Ecuatoriana de Fútbol para dirigir a la Selección mayor, el candidato elegido para liderar “un proyecto de cambio de mentalidad, de filosofía de trabajo”, como declaró el 16 de octubre anterior Francisco Egas, presidente de la FEF (sin nombrarlo pero sin negarlo), revisaba al mismo tiempo los términos del preacuerdo del contrato que lo uniría al balompié nacional y la oferta del Hertha, aceptada el jueves anterior. La propuesta del club de Berlín no pudo llegarle de un día para otro.