El gol número mil de Pelé tuvo una víctima directa: el argentino Edgardo Andrada, arquero del Vasco da Gama que no pudo atajar aquel penal el 19 de noviembre de 1969 y que luego se transformaría en agente de la dictadura (1976-1983) en su país.

El Gato, como lo conocían en el ambiente del fútbol, fue un símbolo del arco de Rosario Central en la década de 1960 antes de llegar al Vasco da Gama de Brasil (1969-1975).

Tras un año en el también brasileño Vitória (1976), regresó a Argentina para desempeñarse en Colón (1977-1979) y Renarto Cesarini (1982). Vistió además la casaca albiceleste en la Copa América de Bolivia-1963.

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Pero Andrada, quien murió el 3 de septiembre pasado a los 80 años, tuvo otra marca más allá del fútbol: fue personal civil de inteligencia en dictadura.

En 1981, aún en actividad, ingresó como espía del ejército al Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario, su ciudad a 310 km de Buenos Aires, reveló su legajo ventilado en una causa judicial.

“Su figura de exarquero de Rosario Central concita adhesiones y confianza especialmente en los barrios de trabajadores, lo cual facilita su penetración al objetivo impuesto”, escribieron a su ingreso, según se lee en el legajo.

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Andrada fue denunciado en 2008 por otro exagente de inteligencia condenado por crímenes de lesa humanidad.

Lo acusó de integrar la ‘patota’ de Agustín Feced, un temible jefe policial de la dictadura, y de haber participado del secuestro y asesinato de los militantes peronistas Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi, en Rosario en mayo de 1983, sobre el final del régimen.

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En 2011, las denuncias públicas de organismos de derechos humanos forzaron su renuncia al club Rosario Central, donde había vuelto a trabajar. 

Pese a las denuncias, el exarquero no estuvo en el banquillo de los acusados. Antes del juicio de 2016, el juez Carlos Villafuerte Ruzo entendió que no había suficientes pruebas contra él y dictó su “falta de mérito”.

Otros dos jugadores y dos árbitros fueron denunciados como agentes encubiertos de la dictadura argentina, que dejó 30.000 desaparecidos, entre ellos 220 deportistas. (D)

 

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