Quince coronas nacionales, cinco campeonatos provinciales profesionales y un único título amateur de Guayas. Precisamente este último, el inicial de los trofeos oficiales de primera división que resplandecen en el vasto palmarés de Barcelona, una historia de coronaciones que cumple 70 años.

El 28 de octubre de 1950 y luego de tres ediciones anuales de figurar en el podio sin alcanzar la cumbre, el club torero –fundado hacía 25 años– se consagró campeón del Guayas por primera vez. Era entonces o nunca, pues aquella edición del certamen aficionado que desde 1922 organizaba cada temporada la Federación Deportiva del Guayas significó la última. La era profesional asomaba.

Imagen 1: El ataque del Barcelona 1950: José Jiménez (i), José Vargas, Jorge Rodríguez, Sigifredo Chuchuca y Enrique Cantos. ARCHIVO

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Un elenco canario de “inalterable línea criolla, uno de los fundamentos del favor popular”, como plasmó en Los forjadores de la idolatría el periodista e historiador Ricardo Vasconcellos Rosado, se presentaba hace siete décadas en el torneo provincial con su condición de ídolo consolidada. Un año antes, en 1949, marcaba la historia al derrotar 3-2 en Guayaquil al mundialmente famoso Millonarios de Bogotá, aquel de Alfredo Di Stéfano, Néstor Raúl Rossi y Adolfo Pedernera.

Jorge Delgado Guzmán, el único vivo hoy de los forjadores de la idolatría, recuerda aquellos años del fin del amateurismo: “No éramos profesionales. Nadie cobraba oficialmente. Sí había jugadores por quienes los dirigentes reunían cierto dinero y les entregaban a los que más necesitados andaban. Pasaba algo: casi siempre quienes estaban en Barcelona trabajaban, eran empleados”.

Imagen 2: Boca Juniors llegó a Guayaquil como reciente subcampeón de Argentina en diciembre de 1950, a probar al flamante monarca del Guayas, Barcelona. En la antesala del partido, ambos planteles registraron el momento en la gráfica. Jorge Delgado Guzmán (de pie, a la derecha) aparece entre los representantes canarios. ARCHIVO

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En otras palabras, se jugaba por devoción al fútbol y entrega a la institución. “Fausto Montalván (capitán) colaboraba como agente de aduanas con Federico Muñoz Medina, presidente del club. El Ñato (Enrique) Romo era mensajero bancario. José Jiménez era mensajero comercial. (Enrique) Pajarito Cantos y (José) Pelusa Vargas no trabajaban, pero algunas cositas hacían. El único que recibía un dinero más o menos era el Pibe (Carlos) Sánchez; no trabajaba en nada y se dedicaba a jugar fútbol”, rememoró esta semana Delgado.

Plantel insuperable

Aquellos nombres de excompañeros y amigos no solo viven en la memoria del exarquero amarillo. También se destacan entre los históricos futbolistas que lograron el título para Barcelona en 1950, campaña en que Delgado, un juvenil de 18 años, llegaba como única incorporación al primer plantel. Queda constancia: Romo, Delgado, Montalván, Jiménez, Cantos, Vargas, Sánchez, Luis Ordóñez, Juan Benítez, Manuel Valle, Galo Solís, Jorge Rodríguez, Heráclides Marín, Jorge Cantos, Guido Andrade y Sigifredo Chuchuca.

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En la dirección técnica, Jorge Muñoz Medina (hermano de Fernando) y el argentino Gregorio Esperón, “quien contratado (antes) como técnico de Ecuador, llegó a Guayaquil el 11 de enero de 1950”, según relata Vasconcellos, y “se encontraba en el aire luego de la fracasada participación en las eliminatorias mundialistas y los dirigentes de Barcelona aprovecharon para tratar de llevarlo a sus filas como asesor del técnico titular”. En tanto, Delgado destacó que Esperón “llegó como un notable de la preparación física, que nunca se conoció en el fútbol guayaquileño antes de que llegara. Cambiamos un poco con él; ya no solo llegábamos, dábamos tres vueltas a la cancha y jugábamos pelota; hacíamos flexiones, estirábamos”.

En ese tiempo, las instrucciones (del entrenador) eran elementales. ‘Tú vas por la derecha, tú por la izquierda’. Los punteros eran tipos que estaban parados junto a la tiza (raya) y no bajaban a coger ni siquiera un balón. Jorge Delgado Guzmán, exgolero canario

El equipo torero registró una insuperable foja a lo largo del certamen, de ida y vuelta; solo perdió un encuentro. Cedieron Huancavilca (9-5, 1-0), Nueve de Octubre (4-0, 2-1), Norte América (2-2, 3-1), Panamá (7-3, 1-2) y Emelec (3-2, 3-2).

El triunfo sobre los millonarios en la última jornada fue terminante. “Emelec era el rival a vencer. Era un club donde había dinero. Los uniformes y los zapatos en Emelec provenían del exterior. Nosotros usábamos camiseta de tela espejo y con broches en lugar de botones. Se hacían colectas y se aportaba en la medida que se podía”, recordó Delgado. (D)