Es de sobra conocido que Michael Jordan y Charles Barkley no se llevan especialmente bien. De hecho, es difícil encontrar demasiados amigos entre los excompañeros y rivales que His Airness tuvo durante su carrera profesional, algo que está poniendo de manifiesto la serie The Last Dance, transmitida por ESPN y Netflix .

Las quejas públicas de muchos de sus contemporáneos acerca del comportamiento de la estrella están poniendo en el ojo del huracán a un jugador que ya de por sí estaba en el centro mediático y que es todavía más protagonista con ese documental que está siendo una oda a su carrera, por mucho que el título sugiera la narración de la última temporada en la que los Chicago Bulls conquistaron el campeonato, la 1997-98.

Con Barkley, en particular, la distancia fue motivada por unos comentarios del analista de TNT Sports acerca de las habilidades de Jordan como directivo, algo que, ya se sabe, no se le ha dado tan bien (ni de lejos) que su etapa como jugador, publica diario AS de España.

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El ala-pívot y el escolta tenían una sólida amistad en los 90 y compartieron equipo en el Dream Team que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, además de enfrentarse en las Finales de 1993. Sin embargo, el tiempo ha distanciado a ambos personajes, que ahora solo se comunican (aparentemente y que sepamos) a través de las declaraciones cruzadas que dejan caer en los medios de comunicación.

Eso ha hecho Barkley, que ya hace poco habló de la relación frustrada con su compañero de generación. Ahora ha vuelto a hacer lo mismo, pero también ha atizado a Jordan sobre algunas actitudes que tuvo en el pasado, algo muy cuestionado con lo que se está viendo en el documental.

El analista ha hablado en concreto de los episodios que el escolta tuvo con Steve Kerr o Scott Burrell, dejando entrever que siempre se metía con el más débil. “Tiene enjuiciamiento selectivo. Sabe a quién molestar”, aseguraba, añadiendo que Michael es “increíble”, pero que “había tipos a los que no podías tratar así”.

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“Se metía solo con los que sabía que podía”, añadía, mencionando explícitamente los ejemplos de Kerr y Burrell, alejados de la clase alta de la competición norteamericana.

En sus declaraciones, recogidas por CBS Sports, Barkley también se refiere a su relación con Jordan, negando que vaya a existir una reconciliación a corto plazo.

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“No creo que haya dicho nada tan malo. Pensé que una de las razones por las que podía hablar libremente es porque éramos grandes amigos. Precisamente porque Michael es un hermano para mí no puedo decir que está haciendo un buen trabajo cuando no lo está haciendo”, se defendía Barkley.

La estrella de los Suns no relata más que otro episodio en contra de Jordan, uno de tantos que están apareciendo a raíz de un documental que está dejando en evidencia algunos rasgos de su comportamiento. (D)