En los últimos tiempos el deporte en Ecuador vive en medio de muchos conflictos entre miembros de un mismo directorio de diversas entidades, diferencias entre un club y otros, y más problemas que afectan el desarrollo de la actividad deportiva nacional y que, además, podría malograr su futuro.

Hemos conocido algunos proyectos de reforma que busca modificar la actual Ley del Deporte, Educación Física y Recreación que se analizan en la Asamblea Nacional sin consultar con nadie. De sus lecturas se detectan algunas inconsistencias de fondo y forma que generan preocupaciones.

Aparentemente, las propuestas no tienen casi nada de beneficio y, en cambio, le proporcionan más poder y control al Estado. Lo que más llama la atención es la forma de elegir a los directorios de las federaciones provinciales así como federaciones de cada deporte y, en consecuencia, se influirá en la conformación de la Federación Deportiva Nacional del Ecuador y del Comité Olímpico Ecuatoriano.

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Según el plan, desaparecen las asociaciones provinciales de cada disciplina, que son los organismos técnicos que fomentan, desarrollan y buscan el alto rendimiento y que siempre fueron parte fundamental de la estructura deportiva y le pasan estas tareas a las ligas cantonales, que elegirán el directorio de las federaciones provinciales. ¿Quién asumirá la planificación, reglamentación, ejecución y control de los torneos en cada provincia? ¿Acaso cuentan con piscina de 50 metros, plataformas, trampolines y foso para los saltos ornamentales? ¿Poseen pistas reglamentarias para los distintos torneos de atletismo?

Las reformas deben servir para mejorar los servicios, entregar más funcionalidad y rentas que, eso sí, deben ser bien auditadas y fiscalizadas. Por ningún lado aparece el artículo número 126 de la actual ley, que “se reconoce el derecho de los deportistas considerados como glorias deportivas, a quienes hubieran conseguido medallas de oro plata y bronce en Juegos Olímpicos, Paralímpicos, Panamericanos, Parapanamericanos, Sudamericanos, Parasudamericanos, o mundiales en categoría absoluta, o que hubieran realizado hazañas deportivas”. Quienes ostentan esos méritos reciben una pensión de dos, tres y cuatro sueldos básicos, de acuerdo con sus logros. ¿Se olvidaron de esto en la reforma o lo quieren eliminar? Quienes redactaron el proyecto no están enterados de los derechos adquiridos y además atentan contra la salud y vida de algunos exdeportistas.

La nueva ley debe devolverle la independencia a todo el sistema deportivo. Cuando se aplicó la que está vigente, los distintos ministros de la cartera de Estado (hoy secretaría) eliminaron a dirigentes con muchos años de experiencia y en su reemplazo colocaron a personas y afines al régimen de turno. Muchos no tenían experiencia en administración, gerencia y gestión. Los resultados fueron terribles y algunos tienen asuntos pendientes con la Controlaría. No basta haber practicado deportes para intentar conducir un organismo deportivo, ya hemos visto grandes fracasos. Se necesita el respaldo académico de algunas especialidades que se enseñan en las universidades que otorgan títulos de cuarto nivel, posgrados y doctorados.

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Se deben restituir las fuentes propias de financiamiento que fueron arrebatadas, en otra decisión perjudicial que tenía visos de centralismo. Es urgente la recuperación de las exoneraciones al consumo de energía eléctrica y agua potable de los escenarios deportivos, porque los organismos le dedican parte de sus presupuestos a estos servicios básicos y le restan financiamiento a la tarea de detección de talento, desarrollo técnico y alto rendimiento.

Todos debemos estar muy atentos para evitar aquella costumbre de “los hechos consumados” e impedir que se aprueben estos proyectos sin conocimiento previo. El deporte debe ser conducido de manera técnica y científica sin injerencia política. El Estado no debe meter las manos en esta noble actividad; su obligación es entregar los recursos necesarios para el deporte. Hay que levantar la bandera de lucha y hacer escuchar nuestras voces porque está en juego el futuro del deporte del Ecuador. (O)