Defender los intereses de un club, en teoría, es una de las misiones del directorio que lo gobierna. Pero en el caso de Barcelona, especialmente en lo que va del siglo XXI, la consigna no se ha cumplido a cabalidad. Y de errores como el fichaje del multilesionado argentino Rolando Zárate en el 2008 –la peor contratación en la historia canaria; su pase costó $900 000 y ganó una demanda por $1,6 millones– se pasó al error de Ariel Nahuelpán en el 2017.

La auditoría de PKF al periodo comprendido entre el 1 de noviembre de 2007 y el 30 de junio de 2011 revela que el caso de Zárate, que hizo cinco goles ($500 000 por cada uno), al momento de pactar su salida los intereses del club no primaron.

El 6 de marzo de 2009, con Eduardo Maruri como presidente de Barcelona, se suscribió “un acta de transacción laboral respaldada por un pagaré a la orden de jugador Rolando David Zárate con vencimiento al 16 de junio del 2009 por $310 333. El acta establecía que a la fecha del vencimiento del pagaré se debía emitir un cheque al jugador por el valor convenido en dicho documento. El acta establece que si el club no cumple con el pago a la fecha del vencimiento del pagaré deberá cancelar al jugador $1 180 000”.

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De los ventajosos términos para Zárate, acordados por la directiva, la comisión especial de socios que analizó la auditoría dijo “que la estipulación de cláusulas penales como la referida, mediante la cual se somete al club a pagos mucho mayores a los pactados son perjudiciales para los intereses” de Barcelona, que “se ve obligado a pagar más del triple del valor pactado (...). Es una operación evidentemente imprudente”.

Una década después, con José Francisco Cevallos al mando, retornó Nahuelpán, de paso discreto como canario. A la hora del finiquito se acordó “pagar la cantidad neta de $1,3 millones en 5 pagos de $260 000, siendo el último pago establecido para el 6 de julio de 2019. Adicionalmente, las partes acordaron que, en caso de incumplimiento de los términos y condiciones del pago, el club perderá el beneficio del plazo y deberá abonar al jugador una penalidad equivalente al 20 % de la cantidad adeudada pendiente de pago. En referencia al Acuerdo Transaccional mencionado, se determinó que los pagos pactados en dicho documento no se han cumplido, y el club deberá cancelar adicionalmente una penalidad que asciende a $220 960”, según la nueva auditoría de PKF. (D)