Mientras realiza sus actividades en el Anexo Guayaquil Tenis Club, en Samborondón, Andrés Gómez viste de corto y usa una mascarilla color negro que le cubre un cuarto del rostro. Retomó en julio pasado las clases de tenis que imparte (a niños y adolescentes). Durante los meses más duros de la pandemia del COVID-19, revela, estuvo confinado en la “burbuja” de su casa en compañía de dos de sus cinco hijos, Emilio y Alejandro. El campeón de Roland Garros de 1990 (singles) y de dobles en el mismo torneo (1988) y en el US Open (1986) cuenta que vivió “un estrés muy sensible, preocupación” y “un temor mayor al de ahora”, cuando la sociedad trata de acoplarse a la nueva realidad. Hoy vuelve a hablar de tenis, su pasión.

Por primera vez en cuatro años, con Dominic Thiem, hubo en este 2020 un ganador en el US Open que no pertenece al Big Three (Novak Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer, dueños de los últimos doce títulos en las recientes 17 ediciones del torneo). ¿Estamos a las puertas de un nuevo orden mundial en el circuito ATP?

Sí, se viene un nuevo orden. No es lo mismo estar seis o siete meses parado (por la pandemia o por lesiones) para Andrey Rublev, que tiene 22 años, para Alexander Zverev (23) o para Daniil Medvedev (24), que para Federer, que tiene 39 años. Se le ha ido una parte muy importante de un tiempo que aprovechó para operarse, pero nunca creyó que esto iba a ser tan largo. Cuando el próximo año regrese, volverá directamente al Abierto de Australia, probablemente. Será una prueba muy fuerte para cualquiera, más para alguien (Federer) que ya tendrá (en enero del 2021) casi diez meses parado y que está cerca del retiro.

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Normalmente va usted por quien cree que es favorito, pero el canadiense Felix Auger-Aliassime lo hizo dudar durante el juego que Thiem le ganó en octavos de US Open. ¿Cómo valora usted el nivel de un partido, de un tenista?

Mi pronóstico se basa en lo que veo que pasó en las semanas anteriores, en qué superficie se juegue, cómo viene el tenista desarrollándose. Yo no soy de los que (apuestan) ‘a Federer, a Federer’ por ser fanático de él. Pero en el caso de Auger contra Thiem sí hubo algo (que me hizo elegir al primero). Auger va a ganar un Grand Slam en algún momento. Quizá no tuve la oportunidad de ver mucho su parte física. Una vez que terminaron los primeros seis games del partido, dije: ‘No, aquí no hay chance. Con suerte va a ganar un set’. Esa es la parte que me gusta del tenis. Mucha gente se ríe y me dice que me equivoqué, y yo respondo: ‘Alégrense de que me equivoco poco, porque quiere decir que algo digo bien, porque hay unos que sufren también’. Me gusta arriesgarme con los pronósticos. No siempre voy a los partidos fáciles, pero tampoco soy fanático. Me da lo mismo si gana Federer, Djokovic o Nadal.

¿Qué opina del pelotazo de Djokovic a la jueza de línea durante un juego en el US Open?

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¡Estás tirando una pelota que puede causar problemas y causó problemas! Leí un tuit y alguien lo veía de esta manera: Vas en carro, te pasas una luz roja y dices: ‘No fue culpa, fue involuntario, no quise hacerlo’. O sea, las reglas están. Puede que para el aficionado común haya sido injusto (que expulsen al serbio) porque Djokovic no vio (a la jueza) y tiró la pelota a cualquier lado. Precisamente ese es el problema: que la pelota la tiró a cualquier lado. Pregúntale a cualquier tenista profesional y ninguno te va a decir que la sanción no fue correcta. El caso de Djokovic es inadmisible; es más, quien debió haberlo echado es la jueza de silla.

Para noviembre del 2021 se reprogramó la Copa Davis. En esa fase mundial Ecuador irá contra España y Rusia, ¿cuáles son sus sensaciones?

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Las sensaciones las tuve cuando se clasificó al ganársele a Japón y había la posibilidad de jugar este año. Ahora (por la pandemia) no vamos a jugar hasta noviembre del 2021 y ya vendrá el tiempo de pensar otra vez en Copa Davis. Mientras tanto, hay que seguir con lo de uno. Con las cosas que uno tiene que hacer para mejorar, para tratar de acercarnos a los rusos y a los españoles. Buscar la manera de publicitar más nuestro deporte a través de, precisamente, logros como el de estar en un Grupo Mundial de la Davis.

Usted dijo el pasado 10 de junio, en una entrevista con EL UNIVERSO, que el ecuatoriano debe “recuperar el patriotismo de ir a ver jugar a su equipo, gane o pierda. El aficionado debe asumir su responsabilidad”. ¿Eso es posible de conseguir?

Ahora que los canadienses tuvieron a Denis Shapovalov, Auger y Vasek Pospisil, tres jugadores en octavos de final de US Open, leí unas entrevistas que les hacían a dirigentes de tenis de Canadá. Ellos también cuentan con la chica Leylah Fernandez –de padre ecuatoriano–, con Eugénie Bouchard y un grupo de seis o siete tenistas más que no han llegado (aún a la élite). Cada uno recibe para su desarrollo deportivo $150 000 al año. Aquí, el presupuesto de la Federación Ecuatoriana de Tenis apenas llega a $100 000 al año. Entonces, la gente no mide eso y no tiene idea de lo que toma ganar un Grand Slam o una medalla olímpica. No tiene idea de lo que es ser campeón bolivariano; todo les sabe a menos, y eso no es falta de patriotismo, simplemente es no conocer la realidad del deporte.

En otro orden, ¿usted comprende a Andre Agassi (lo venció en la final de Roland Garros 1990). Aseguró en el libro Open. Mi historia que practicaba tenis, un deporte que odiaba, y que empezó a jugarlo por imposición de su padre?

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El libro es mitad realidad, mitad ficción. Me cuesta creer que una persona que sigue ligada al tenis haya tenido momentos en que no hubiera querido (practicarlo). A todos nos pasa, pero en algún momento. Agassi, sin duda, es el único jugador que realmente lo ha ganado todo. Ganó todos los títulos de Grand Slam (cuatro veces el Abierto de Australia, dos el US Open y una vez cada uno Wimbledon y Roland Garros), la Copa Davis (dos ocasiones con Estados Unidos), ha ganado la medalla olímpica (oro en Atlanta 1996) y el Masters ATP Tour Finals. Ninguno de los otros (del Big Three) lo ha conseguido. O sea, un jugador así no puede no haber gustado y disfrutado del tenis. No es que yo lo conocía muy de cerca, pero veía que en la cancha él disfrutaba. Era apasionado. Nadie puede ser campeón sin pasión. Quizá entre los únicos deportes en que puedan llegar a serlo está el boxeo, o pregúntale a Chito Vera (risas) si pelea sin pasión. Lo puedes creer cuando te dicen, por ejemplo: ‘Peleas con Mike Tyson’; solo te dicen eso y vas medio que con miedo. Pero Agassi fue un monstruo. (D)