Hubo un momento en el que el mote de ‘Emperador’ escenificaba lo que significaba Adriano en el fútbol. Su zurda potente, acompañada de un cuerpo envidiable para el deporte, auguraban que Brasil tendría uno de los mejores delanteros del mundo durante muchos años. Y al menos fue así durante un tiempo... Hasta que su vida se torció y el imperio que estaba levantando en Italia acabó formándose en Vila Cruzeiro, apartado del mundo.