Antonio Valencia ha forjado una carrera llena de éxitos e indudablemente su mejor etapa la vivió cuando jugó para el Manchester United. A su vez también destacó en la selección ecuatoriano, siendo capitán y referente del equipo.

Sin embargo, su vida no siempre fue fácil y en los inicio de su carrera deportiva tuvo que sacrificar muchas cosas para poder cumplir su sueño. En una entrevista, el ecuatoriano recordó aquellos momentos no tan gratos que pasó cuando era más joven.

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“Llegó un momento en mi casa donde veía que mi papá se esforzaba demasiado. Mis hermanos se iban a Colombia a trabajar, porque estaba cerca, en la frontera. La necesidad me hizo buscar el deporte. A los 15 años salí de mi casa y me dediqué al fútbol, porque quería sacar adelante a mi familia”, expresó en una entrevista para Un Toque de Futbol.

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Luego, añadió: “Yo me escapé de mi casa. Mi papá se enteró a los 2 días que no estaba. Mi mamá y hermano mayor sí sabían. No tenía zapatos y mi hermano me prestó, ropa también. Cuando salí de la casa, mi mentalidad era quedarse afuera. Era un sueño. Imagina que de Lago Agrio a Quito eran 8 horas, yo pensando dónde vivir, dónde comer y como iban a ser los entrenamientos”.

El mudarse de Lago Agrio a Quito fue el primer paso para convertirse en futbolista para Valencia, pues en la capital nacional pudo realizar sus pruebas deportivas y convertirse en jugador de El Nacional.

“Llegué a Quito y me quedé por Tumbaco, porque venía del Oriente. Con mi amigo dije que ahí nomas me quedaba. Mi compañero tenía permiso para dormir ahí, yo no. Hacía bastante frío. Desde la Sub 20 sí me prestaron una cama, nos levantaron al desayuno. Todos desayunaban, pero yo tenía que esperar, porque no tenía los permisos”, comentó Antonio.

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“Caicedo. Lo alcancé en la Sub 20. Estaba Macías. También Cococho, un chico que era de Santo Domingo. Había un chico, no recuerdo su nombre y estaba en Aucas, una vez me lo encontré entrenando en la Carolina. Me dijo que vaya donde Aucas, pero se me hizo duro, ya estaba en la Sub 16 de El Nacional. Pero casi estaba esa chance de cambiar”, agregó recordando a esos chicos que lo ayudaron para que tenga un lugar donde dormir.

Poco a poco el Tren Amazónico se fue ganando un espacio en los militares, pero no olvida su primer sueldo, con el que a duras penas le alcanzaba para comer, o incluso ayudar monetariamente a su familia.

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Antonio Valencia fue capitán del Manchester United, donde consiguió un total de 9 títulos. Foto: Archivo

“El profesor Vega me mira en un partido (de la Sub 16) y me dice que vaya a la Sub 20. Luego llegó el profesor Baldeón. Me abrió una cuenta. Ganaba 55 dólares que para mí era una ayuda tremenda. Quedamos campeones con la Sub 20 y ese mismo año me suben a la Primera de El Nacional. Desde ahí vino mucho alivio”, expresó la exfigura del United.

Una vez en la mayor del Bi-Tri, su salario fue aumentado y comenzó a enviarle dinero a su madre. “Lo primero que hice fue enviar plata a mi mamá. Le mandaría unos 150 o 200, ella estaba muy feliz y agradecida. Era una ayuda para la casa. Ya todo iba mejorando”, recordó.