En septiembre del 2011, el exárbitro ecuatoriano Byron Moreno fue condenado a dos años y medio de prisión por contrabando de heroína, según documentos judiciales que se difundieron en aquella época en Estados Unidos.

Un tribunal federal de Brooklyn, EE. UU., condenó a Moreno, quien fue arrestado el 20 de septiembre del 2010 en el aeropuerto internacional John F. Kennedy de Nueva York. Llegó en un vuelo comercial desde Ecuador con bolsas de heroína adheridas al cuerpo.

Luego, en diciembre del 2012, Moreno llegó a Guayaquil deportado por el Gobierno del país donde se encontraba detenido.

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El exjuez, considerado uno de los mejores en su época, en una entrevista contó lo que vivió durante el hecho que fue de conocimiento público.

“La libertad es algo que no valoramos hasta que la perdemos, es importante y necesaria en el ser humano, como respirar y beber agua. La situación es complicada porque la cárcel es cárcel, es verdad (que en Estados Unidos) hay mayor seguridad, mejor trato, pero al inicio fue muy duro: uno no quiere saber nada de nadie”, contó.

“Ahí tuve un amigo colombiano de apellido Córdova, estuvimos en la unidad médica porque yo no quería comer, no quería saber nada, y él me insistía en que lo haga y me pidió un psicólogo, hablé con esa doctora y me ayudó mucho”, añadió en el programa Fútbol que no es fútbol.

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Y continuó: “Estuve por 18 meses en una prisión de máxima seguridad, ahí me encontré con ecuatorianos y todo mundo sabía lo que había pasado, pero estar con gente latina ayuda mucho y me comencé a incorporar”.

Moreno dijo que formaba parte de partidos de básquet, índor (fútbol), también de la cocina, y dijo sentirse protegido por Dios.

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“Estamos hablando de lo que pasó, de lo que viví, pero no de los motivos por los que tuve que hacerlo. A la gente es fácil señalar porque no sabe. Tuve un inconveniente con una pareja que tenía, ella tuvo un aborto espontáneo que puso en riesgo su vida y uno de los medios donde trabajaba me debía una gran cantidad de dinero y no me cancelaba por un tema del SRI (Servicio de Rentas Internas)”, precisó.

“Y uno comienza a buscar y no encuentras y aparece un número en donde puedes encontrar, por eso el chulco no es recomendable para nadie, pero hay momentos en que la necesidad, la emergencia te lleva a eso. Hablé con esa persona y me dijo que eran 2.250 dólares al 25 % mensual (de intereses), y les dije qué querían a cambio y me respondieron solo su pasaporte”, agregó.

Prosiguió: “Bueno, yo dije si solo me piden el pasaporte (como garantía) chévere. Salí de esa emergencia, tuve para pagar la mitad y me señalaron que era todo o nada y se sumaron los intereses y me presionaban, me dijeron: O lo haces, o se muere tu pareja y el hijo”.

En ese contexto, el exjuez señaló que tenían controlados sus movimientos, por lo que tuvo que tomar una decisión al respecto.

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“Si lo haces puede ocurrir lo que pasó (estuvo en la cárcel) y si no, pueden cumplir con su amenaza. ¿Cómo puedes vivir con tu conciencia?, si uno fue el responsable directo por no hacer algo. El día que me fui hicieron que vayan (sus familiares) y que estén ahí, bajo esa premisa no sabía lo que llevaba, jamás he probado droga y me decían que era heroína”, indicó.

“Una vez en la cárcel conversaba con personas que me pedían detalle sobre lo que traía, la cantidad, la forma, y me decían que yo ya venía caído, hace diez años que ya no se llevan así ese tipo de sustancias como las llevaba (estaban amarradas al cuerpo)”, agregó.

“Yo fui utilizado para algo, no para que pase a otra gente sino para bajarle la sentencia a otra persona. Yo jamás estuve implicado en estas cosas. Mi familia fue fundamental y me dijo que no vuelva a Ecuador, pero lo hice para decir mi verdad. Si no hubiera existido la amenaza de por medio, no lo hubiera hecho, eso fue un error”, concluyó. (D)