La final de la Copa América 2024, que Argentina le ganó 1-0 a Colombia, el pasado domingo 14 de julio, en el Hard Rock Stadium de Miami, empezó con una hora y 22 minutos de retraso después de que se vivieron escenas violentas -inéditas en la historia del torneo- en los alrededores del estadio, provocadas por fanáticos sin entradas que burlaron los frágiles controles de seguridad, lo que motivó el cierre prácticamente total del escenario.

La organización, finalmente, abrió las puertas y entraron en avalancha personas con y sin boleto, por lo que el aforo del recinto se vio sobrepasado. La Policía de Miami-Dade arrestó a 27 personas durante el caos y los desmanes registrados.

La Policía informó que unos 800 efectivos fueron desplazados al estadio, en el que se produjeron grandes daños a las estructuras, así como lesiones al personal, agentes del orden y ciudadanos. Videos difundidos en las redes sociales mostraron a aficionados saltando sobre los accesos en la zona suroeste del Hard Rock Stadium y corriendo para no ser alcanzados por los agentes del orden.

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Pese a los bochornosos incidentes, el primer ‘mayor éxito’ de la Conmebol sigue siendo haber instalado la idea de que la Copa América no se puede realizar en Sudamérica, su hábitat natural desde 1916, porque no hay un país que pueda albergar el certamen.

‘Conmebol nos callará la boca’

El segundo gran logro de Conmebol fue conseguir que la idea promovida para justificar que la sede del certamen se cediera a Estados Unidos fuera repetida, especialmente, por periodistas sudamericanos: “En nuestros países no hay garantías, no hay estadios, hoteles, tampoco buenas vías de comunicación”. Incluso, impera el discurso oficialista: “Cuando Conmebol reporte los millones de dólares ganados, nos callará la boca”, porque “la gestión de Alejandro Domínguez es espectacular”.

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Los periódicos La Nación (Buenos Aires) y El Espectador (Bogotá), en sendos ejercicios de análisis crítico, se refirieron a la “seguidilla de errores organizativos y de seguridad en el torneo, a dos años del Mundial que organizará Estados Unidos junto con México y Canadá” y también sobre los desatinos de Conmebol.

1. “Estados Unidos es un país con tradiciones y costumbres arraigadas ajenas al sentir del fútbol. La Copa América 2024 pasó casi como un relámpago. El fútbol no es prioridad en Estados Unidos. No lo fue tampoco la Copa América. ¿Lo será el Mundial 2026?”.

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2. “Los terrenos de varios estadios donde juegan equipos de la NFL, la liga de fútbol americano, generaron polémica desde el día inicial. Algo inadmisible en un torneo de estas características. Lionel Scaloni fue el primer DT que criticó las canchas. También lo hicieron Ricardo Gareca, Marcelo Bielsa, Dorival Júnior y Jesse Marsch. ¿La FIFA habrá tomado nota del desaguisado de los campos de juego?”.

3. “Para los estadounidenses, la Copa América fue un evento más dentro de un calendario de entretenimiento caudaloso. Las comunidades latinas garantizaron la presencialidad en cada megaestadio, pero el resto de la gente vivió con indiferencia e ignorancia un acontecimiento que en cualquier país sudamericano habría dinamizado la economía y el turismo”.

4. “Fue una competencia desangelada en cuanto al nivel de las selecciones, con invitados de Concacaf que no cumplieron con las mínimas expectativas. México y Estados Unidos, muy por debajo de lo que podían ofrecer; Costa Rica, Panamá y Jamaica, acordes con sus realidades. Solo Canadá atravesó la mediocridad y se quedó con el cuarto puesto”.

5. “Conmebol exigió césped natural en todos los estadios, para garantizar las mismas condiciones en todos los partidos. Pero en Estados Unidos, el pasto sintético prima en la mayoría de los escenarios. Primero, porque no son canchas de fútbol; son espacios donde juegan los equipos de la NFL y en los que habitualmente se realizan conciertos y otro tipo de eventos. El césped sintético, a esos fines, es lo más práctico: no se arruina”.

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6. “Estados Unidos no cumplió. Campos de entrenamientos y canchas en malas condiciones. Más allá de los adelantos tecnológicos que existen en Estados Unidos, hoy es imposible que un césped natural colocado dos, tres días antes de un partido deje el campo de juego en buena forma. ¿No previó esto Conmebol o no le importó?”.

7. “Una final que debió retrasarse una hora y media porque mucha gente decidió que ingresaría al estadio de Miami pese a no tener una entrada. En simultáneo, el presidente de Conmebol, Alejandro Domínguez, pateaba pelotas a una tribuna despoblada en compañía de dos artistas populares. Adentro, el show; afuera, el caos”.

8. “Ya en el descanso, tras el primer tiempo de la final, la cantante colombiana Shakira desplegó un gran show al estilo Super Bowl del fútbol americano que extendió el entretiempo a 25 minutos, diez más que el lapso reglamentario”.

9. “El espectáculo de Shakira desató una polémica porque días antes cuatro entrenadores, Lionel Scaloni (Argentina), Marcelo Bielsa (Uruguay), Ricardo Gareca (Chile) y Fernando Batista (Venezuela), fueron suspendidos por una fecha y multados con $ 15.000 por haberse demorado hasta dos minutos la salida de sus equipos para disputar el segundo tiempo”.

10. “El último acto de la Copa América fue bárbaro e irracional. Escándalo y violencia afuera; fiesta y paz adentro. Escenas que desnudaron a una organización poco ducha en lidiar con conductas fuera del registro esperable. Epílogo para un certamen en el que el negocio –vital para la realización de un acontecimiento de esta magnitud- pasó como tractor por sobre lo esencial”. Por aquello, el brasileño Vinícius Jr. se quejó por “la forma en que Conmebol trata a la gente”. (D)