Partidos aplazados en la Premier League inglesa de fútbol, equipos de básquet de la NBA diezmados, preparación para el Abierto de Australia de tenis perturbada... El deporte no se libra del exponencial aumento de casos de COVID-19 ligados a la variante ómicron, y siente la amenaza de un nuevo cierre total de puertas, o incluso de un parón en las competiciones.