El gol que Rubén Beninca anotó el 29 de mayo de 1988, en el memorable triunfo de Emelec en el Clásico del Astillero, no se produjo durante la jornada de estreno del entonces flamante estadio de Barcelona SC. La apertura del coliseo amarillo ocurrió un semestre antes. Para tal ocasión se realizó un partido que el anfitrión perdió 3-1 con Peñarol, el 27 de diciembre de 1987 (en esa fecha, y en otras previas, la dirigencia canaria publicó en EL UNIVERSO avisos para anunciar que ese día, “a las 15:00″, sería la “inauguración de su Estadio, fase oficial, construido con aporte gubernamental”. El club informaba también de la “venta de localidades” para el primer amistoso jugado en ese escenario, contra el cuadro uruguayo que vino como campeón de la Copa Libertadores).