Tras cubrir el primer tercio de la 79 Vuelta a España, la carrera todavía debe desvelar muchas más cosas que las que se han puesto de manifiesto en estas siete primeras jornadas en las que lidera el sorprendente australiano Ben O’Connor (Decathlon-AG2R) con casi cinco minutos de ventaja sobre el gran favorito, el esloveno Primoz Roglic (Visma-Lease a Bike).

Richard Carapaz, de EF Education-EasyPost, subió dos puestos este viernes 23 de agosto, ahora está en el 22.ª posición con 27:50:58.

Las cinco claves que han marcado la carrera desde que arrancó a las puertas del Monasterio de los Jerónimos de Belém en Lisboa son:

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El calor, factor importante

Primera: El fuerte calor que ha amilanado a un pelotón que la mayoría de los días ha terminado acumulando un más que notable retraso que ha impedido alcanzar los promedios previstos inicialmente por la organización.

El gasto de agua y hielo para una buena hidratación y rebajar la temperatura corporal se ha situado en los días en los que los termómetros han superado los 40 grados por encima de los veinte bidones por ciclista, aproximadamente 10 litros, y entre 8 y 10 kilos de hielo. Se han convertido en imagen habitual las escenas de mangueras de bomberos e incluso aficionados creando cortinas de agua al paso del pelotón como breve método de refresco.

Primoz Roglic está bien

Segunda: Primoz Roglic llegó a la salida en tierras portuguesas con la duda sobre cómo se había recuperado de la caída que le obligó a retirarse en el Tour en la duodécima jornada; y en Pico Villuercas, el primer final en alto de la prueba, las despejó todas. Ganó la etapa y se vistió el maillot rojo.

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En Pico Villuercas, al exsaltador de esquí sólo fueron capaces de seguirle el joven belga Lennert van Eetvelt (Lotto Dstny) y el español Enric Mas (Movistar). La vigilancia entre el trío cabecero permitió al portugués Joao Almeida (UAE Emirates) o el español Mikel Landa (T Rex-Quick Step), entre otros, llegar a su altura y evitar perder tiempo.

Algunos de los que llegaban como posibles aspirantes a luchar por la victoria final, como el británico Adam Yates (UAE Emirates) o el español Carlos Rodríguez (Ineos), entre otros cedieron más tiempo del inicio.

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Oportunidades para los velocistas

Tercera: Los velocistas han disfrutado en esta primera parte de la Vuelta de una oportunidad que se les ha negado en ediciones anteriores, y hasta en cuatro ocasiones han dispuesto de la oportunidad de sacar a relucir sus virtudes.

El pulso se ha centrado en el australiano Kaden Goves (Alpecin-Deceuninck), el belga Wout van Aert (Visma-Lease a Bike) y el checo Pavel Bittner (Dsm-Firmenich) han sido los que han lucido en todo su esplendor.

Van Aert, con dos victorias, está siendo el más regular y salvo en las dos etapas con final en alto en las que se dejó ir, en el resto su peor puesto fue el tercero de la contrarreloj inicial, además de dos segundos puestos y dos victorias.

Ceder el liderato

Cuarta: Tras la quinta etapa junto a la torre del Oro sevillana, Roglic anticipó la posibilidad de consentir alguna escapada y ceder el maillot rojo para poder ceder el control de la carrera a otros sin desgastar a su equipo.

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Entre Jerez de la Frontera y Yunquera se cumplió la predicción del esloveno, aunque casi todos consideraron que la ventaja que concedieron al australiano O’Connor se les fue de las manos y puede terminar condicionando el resultado final.

También provocó un cruce de acusaciones entre componentes de los equipos con aspiraciones. Unos centraban las miradas de responsabilidad sobre el Red Bull-Bora, como defensor del liderato, en lo acontecido, pero no fue menos cierto que aquellos que pretenden soñar en rojo apenas hicieron acto de aparición.

Una ventaja inesperada para O’Connor

Quinta: Ben O’Connor se unió en Yunquera al privilegiado grupo de ciclistas que a lo largo de la historia han sumado victorias de etapa en las tres grandes, pero su premio fue mucho mayor, se situó al frente de la clasificación general dejando a Roglic a una distancia más propio de otros tiempos, 4:51, que ha abierto todo tipo de apuestas entre todos los aficionados para saber si será capaz de aguantar o terminará desinflándose.

La principal motivación que pudieron tener sus rivales para dejarle alcanzar esa estratosférica diferencia tal vez habría que buscarla en su actuación en Pico Villuercas. Allí cedió 1:11 con Roglic.

El australiano no se ha subido hasta la fecha a un podio final en una grande, pero se quedó a las puertas en el Tour de Francia de 2021 y en el pasado Giro de Italia, cuando fue cuarto en ambas ocasiones. En la Vuelta se le ha abierto la posibilidad de mejorar sus precedentes, habrá que esperar para ver hasta dónde es capaz de llegar. (D)