Concluido el amargo empate sin goles frente a Ecuador en el Estadio Nacional, clasificatorio para el Mundial 2026, una idea se abría paso casi a susurros entre periodistas especializados, entrenadores, y ex jugadores entre el bramar de una hinchada indignada con el entrenador, el argentino Ricardo Gareca, pero indulgente con los jugadores, en particular con el gran ídolo, Arturo Vidal.