El Mundial 2026, que se jugará en Estados Unidos, México y Canadá, genera expectativa no solamente en la parte futbolística, sino también por los ingresos que representará.

La cita ecuménica tendrá 48 equipos por primera vez y, por ende, más partidos (104). El torneo más grande de la historia tendrá un presupuesto de unos $ 3.756 millones.

Y una previsión de alrededor de $ 13.000 millones en ingresos. La FIFA, bajo la dirección de Gianni Infantino, ha convertido esta Copa del Mundo en su gran apuesta para expandir el torneo y llevarlo a una escala sin precedentes.

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Estados Unidos, México y Canadá coorganizan un Mundial que por primera vez se reparte entre tres países y se disputará del 11 de junio al 19 de julio.

Será un récord efímero, ya que España, Marruecos y Portugal compartirán en 2030 la organización de un torneo que también incluirá partidos en Argentina, Uruguay y Paraguay.

“Estamos ansiosos por dar la bienvenida a los aficionados de todo el mundo. He dado instrucciones a todo mi equipo para hacer todo lo posible para que este Mundial sea un éxito sin precedentes”, dijo el presidente estadounidense, Donald Trump. “Será el torneo de fútbol más grande, seguro y extraordinario de la historia”, agregó.

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La cita mundialista contará con 16 selecciones más que en las últimas ediciones y se disputarán 40 partidos más que antes. El eventual campeón jugará hasta ocho encuentros, uno más que en las recientes ediciones.

Más allá del impacto deportivo, la FIFA aspira a que el Mundial 2026 sea también un negocio sin precedentes. Dentro de su plan 2023-2026, la organización del torneo tiene un presupuesto de unos $ 3.756 millones.

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Para ese periodo la previsión es de alrededor de $ 13.000 millones en ingresos, en su mayoría vinculados a la Copa del Mundo.

La FIFA confía en batir todos sus récords con la venta de derechos de televisión, patrocinios, entradas y paquetes de hospitality.

El mapa del Mundial

Los partidos se jugarán en 16 sedes —once en Estados Unidos, tres en México y dos en Canadá—, lo que en este caso no supone un récord, ya que el Mundial 2002, organizado conjuntamente por Japón y Corea del Sur, contó con 20 sedes.

Al igual que en 1994, también celebrado en Estados Unidos, este torneo volverá a ser el Mundial con las sedes más distantes entre sí: Los Ángeles y Boston, separadas por 4.170 kilómetros de costa a costa.

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Los aficionados tendrán que afrontar desplazamientos sin precedentes para seguir a sus selecciones.

México abrirá el Mundial con el partido inaugural el 11 de junio en el estadio Azteca, aunque los encuentros de su grupo (A) se repartirán entre Guadalajara, Monterrey y Atlanta.

Los seguidores del grupo de Canadá (B) tendrán aún más que recorrer: con partidos en Toronto, Vancouver, Los Ángeles, Seattle y San Francisco.

El grupo D, el de Estados Unidos, también estará repartido entre Los Ángeles, San Francisco, Seattle y Vancouver.

La final, el 19 de julio, será en el MetLife Stadium de Nueva Jersey, en las afueras de Nueva York. Este estadio, que ya albergó la final del Mundial de Clubes de la FIFA en 2025 y que es hogar de los New York Giants y los New York Jets de la NFL, es el tercero más grande del torneo, con capacidad para 82.500 espectadores.

Solo es superado por el estadio Azteca (83.000) y el AT&T Stadium de los Dallas Cowboys de la NFL (94.000), que acogerá una de las semifinales, mientras que la otra se jugará en el Mercedes-Benz Stadium de Atlanta.

Para el Mundial 2026, y a diferencia del Mundial de Clubes, todos los estadios en Estados Unidos serán recintos de la NFL.

En la costa este, los New England Patriots pondrán su estadio en Boston; los Eagles, el suyo en Filadelfia; y los Dolphins, en Miami; además de los Falcons, el de Atlanta; y los Jets y Giants, el de Nueva York.

En la costa oeste, los estadios de Los Ángeles (Rams y Chargers), San Francisco (49ers) y Seattle (Seahawks) serán sedes, mientras que en la zona central los recintos de Kansas City (Chiefs), Houston (Texans) y Dallas (Cowboys) completarán el mapa de la Copa del Mundo.

Esta dispersión geográfica del torneo será un verdadero desafío logístico para aficionados y medios. Viajes entre sedes, búsqueda de hoteles y coordinación de transportes pondrán a prueba la magnitud del evento. Al mismo tiempo, la llegada masiva de visitantes promete dinamizar el turismo y la economía local en todas las ciudades anfitrionas. (D)