Una de las mayores gestas en la historia de Ecuador en la Copa Davis se dio el 16 de julio del 2000, cuando el equipo tricolor derrotó 3-2 a Inglaterra en el legendario escenario del All England Club, sede del Abierto de Wimbledon, también conocido como la Catedral del tenis.

En días pasados, esta hazaña cumplió 25 años, ante un estadio lleno donde había la confianza de que los locales, sin problema alguno, dieran cuenta de los tricolores.

Al mando del capitán Raúl Viver, Nicolás y Giovanni Lapentti, Luis Adrián Morejón y Andrés Intriago dieron el campanazo en aquella ocasión.

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La prensa inglesa y David Lloyd, por entonces capitán de los británicos, subestimaron al equipo nacional y consideraban que la serie no debía darle complicaciones, esto también debido a que los ecuatorianos eran especialistas en arcilla.

Los hermanos Lapentti, no obstante, estuvieron en All England Club practicando sobre hierba semanas antes del inicio de la serie, puesto que cada uno había participado en sus respectivos torneos, júnior y profesional, de Wimbledon.

El héroe que definió la serie fue Giovanni Lapentti, quien dio cuenta de Arvind Parmar por 4-6, 3-6, 6-1, 6-3, 6-3.

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Antes, Tin Henman había derrotado a su hermano Nicolás 6-1, 6-4, 6-4, con lo que la serie estaba igualada a 2.

Giovanni Lapentti no se amilanó ante los cerca de 10.000 espectadores que apoyaban a los locales y se mantuvo concentrado para luego dejar en silencio al histórico escenario.

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Al sentenciar la serie, Lapentti cayó en el césped con los brazos abiertos y luego el resto del equipo fue a abrazarlo ante la resignación de los aficionados británicos, que al final despidieron con aplausos a los ecuatorianos.

“El triunfo siempre se ve en el último punto y, tal vez, el más sorpresivo de todos por la edad de Giovanni, por cómo se fue dando el partido (dos sets a cero en contra). Yo creo que ahí es donde se centra todo, pero en el fondo uno necesita tres puntos para ganar y los tres puntos terminan siendo tal vez igual de valiosos; entonces, siempre el último punto resalta un poco más”, decía a este Diario en 2020 Nicolás Lapentti.

En aquella oportunidad Giova tenía 17 años y no había jugado un partido en cinco sets y fue el que le dio el punto que no solo fue decisivo, sino también que quedó marcado en la historia del tenis mundial y nacional. (D)