Jefferson Pérez vive momentos mágicos. A sus 47 años, y tras un cuarto de siglo de haber sido protagonista de una gesta memorable al darle a Ecuador, en Atlanta 1996, la primera medalla de oro olímpico de su historia, el legendario marchista dice sentir “una felicidad desbordante” por las preseas ganadas por Richard Carapaz, Neisi Dajomes (ambas de oro) y Tamara Salazar (plata) en Tokio 2020. El azuayo, sin embargo, cambia de tono cuando opina sobre la falta de apoyo del Estado en la preparación de los deportistas tricolores. Por esta razón, Jeff hace un nuevo llamado de atención al Gobierno nacional y al Poder Legislativo para que se interesen en dos propuestas de ley a favor del deportista de alto rendimiento que elaboró él y un equipo de académicos. El dueño de una medalla de plata en los Juegos de Pekín 2008 y de cuatro títulos mundiales de marcha (uno de ellos en la división juvenil) aboga por romper la tesis de que el deportista solo debe hablar de medallas y no de políticas de Estado que lo favorezcan.