Una de las maneras más efectivas para detectar a tiempo posibles daños de las llantas es su revisión regular, considerando siempre los daños más comunes.

Desgaste irregular: Este problema ocurre cuando la banda de rodadura se desgasta de manera desigual, lo que puede ser causado por una mala alineación de los ejes, una mala calibración o una presión de inflado inadecuada de las llantas.

Pérdida de presión de aire: Puede ser causada por un pinchazo o por una válvula defectuosa. Esto puede hacer que la llanta se desgaste de manera desigual y afectar la maniobrabilidad del vehículo.

Publicidad

Cortes y abrasiones: Suceden en la banda de rodadura y pueden ser causados por objetos punzantes en la carretera, como clavos o vidrios, que comprometen la integridad de la llanta.

Consejos de un mecánico para evitar que las inundaciones por fuertes lluvias afecten tu carro

Separaciones de cuerdas o protuberancias: Las separaciones de cuerdas o las protuberancias en la banda de rodadura pueden ser causadas por una mala presión de aire o por una sobrecarga en la llanta o impactos en el camino. Esto puede hacer que la llanta se deforme, afectando también la maniobrabilidad del vehículo.

Vibraciones: Sentirlas en el volante o en el asiento pueden ser causadas por una mala calibración o un desgaste desigual de las llantas. Esto puede ser incómodo para el conductor y afectar la seguridad del vehículo.

Publicidad

Carlos Leal, director técnico de Flotas de Automundial Ecuador, menciona que los neumáticos son un componente crítico para la seguridad y el rendimiento del vehículo, por lo que una inspección regular permite verificar su estado, incluyendo el desgaste, presión y daños. “Esto puede ayudar a prevenir un pinchazo o un fallo de neumático que ponga en riesgo la vida de los pasajeros y otros conductores en la carretera. Además, también puede afectar el rendimiento del combustible y la eficiencia del vehículo”, explica Leal.

Atentos previo a viajes largos

Foto: Cortesía Renault

Para prolongar la vida útil del vehículo, disfrutar de la eficiencia de cada elemento, así como proporcionar una excelente seguridad de todos los pasajeros, es necesario mantener en óptimas condiciones el vehículo cada cierto nivel de kilometraje. Empezando en los 5.000 kilómetros, con revisiones breves.

Publicidad

Danny Álvarez, jefe nacional de Servicio Renault, recomienda que antes de feriados o viajes largos se deben realizar los mantenimientos completos.

Cada 20.000 kilómetros ya se recomienda renovar aceite de motor con su filtro, se reemplaza el filtro de aire y combustible, revisión de pastillas de frenos y limpieza de zapatas posteriores, alineación, balanceo y rotación de ruedas del vehículo; además de ajuste de suspensiones y el cambio del filtro de aire acondicionado.

Prueba de manejo: Citroën C5 Aircross, un SUV deportivo y eficiente

Cada 100.000 kilómetros ya se habla de una alineación del vehículo, sincronización del motor, cambio de pastillas y el líquido de frenos, bujías de encendido. Sustituir el líquido refrigerante, del radiador, aceite y su filtro. Además, se recomienda una evaluación especializada de prevención de fallas.

Publicidad

Las señales para cambiar un neumático en muchos de los casos son fáciles de percibir, las más comunes son:

  • La profundidad del dibujo está por debajo del límite recomendado.
  • Cuando se presentan cortes, desgaste irregular o signos de deformación.
  • Si las llantas tienen vibraciones o producen ruido mientras se conduce o si han sufrido daños severos debido a un impacto o a la exposición a condiciones climáticas extremas.
  • Pérdida de tracción o una respuesta inestable en la carretera.
  • Aumento considerable en el consumo de combustible o una disminución en la eficiencia del vehículo.
  • Aspectos como la pérdida de presión recurrente, desgaste anormal en diferentes partes del neumático u oxidación, pueden ser signos de un uso, pero también se debe prestar atención tomando en cuenta el tiempo de uso de estos y las condiciones de uso. (I)