El rostro de Nicolás Maiqués vuelve a la producción ecuatoriana. El actor argentino regresa a la televisión nacional como uno de los queridos (o tal vez odiados) personajes de la flamante telenovela Los García, que desarrolla Ecuavisa y que tiene previsto estrenarse en octubre. Maiqués estará en el bando de los villanos que quieren hacerle la vida imposible al protagonista de la serie.

“Es muy divertida la novela con este juego de los ricos y los pobres. Acá hay una óptica distinta con la incorporación sublime de un personaje para quien nunca hay suficiente visibilidad y me refiero a que haya una actriz trans. Eso es genial, porque abre mentes y puede servir por un montón de motivos: para entretenerte, para que te partas de risa o para que reflexiones y para que te vuelvas más empático, más respetuoso”, exalta el artista.

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Nicolás Maiqués. Foto: facebook.com/nicolasmaiquesoficial

Maiqués, de 43 años, se dio a conocer internacionalmente por las producciones hechas en su país: Chiquititas, Rebelde Way, Floricienta. Sin embargo, dice que la fama no lo consume. “Estoy nunca pendiente de la fama, a mí sinceramente me parece como algo más que viene en el combo”. Por eso, su regreso a Ecuador tiene más de un significado, explica. No solo es la cuestión artística. Acá se enamoró de sus playas y encontró a su segunda familia.

¿Qué se siente regresar a Ecuador?

Es un placer estar de nuevo en Ecuador. Primero porque el proyecto me encanta, la serie de Los García me parece divertidísima. El personaje que me ofrecieron y que ya estoy grabando es brutal y muy divertido. Es un malo, pero cómico, entonces me permite jugar un montón de colores artísticos. También es como regresar a mi casa. En Ecuador tengo a mi familia del alma, que es un plus, porque cuando no estoy en Ecuador siempre estoy pensando en volver, ya sea una semana de vacaciones o para trabajar, me da igual, pero para poder ver a mi familia que es tan importante como mi familia argentina.

¿Cuál es esa familia ecuatoriana?

En el 2011 conocí a una amiga, Gabriela Moreno. Con el tiempo comenzamos con este juego de que te tratas de hermano a los amigos, aunque somos muy distintos físicamente. Y de tanto bromear empezamos a decir que éramos hermanos de sangre. Se hizo cada vez más real y el día que conozco a la mamá de Gabriela, que se llama Brenda, la traté como mamá y de usted, como suelen tratar ustedes a los padres en Ecuador. Porque en Argentina a mis padres los trato por el nombre y todo es de vos. Y ella me adoptó, fue una adopción mutua. Es un vínculo que algo debe tener que ver con otra vida, porque los veo como una familia real. Me siento muy afortunado de haber ganado una familia más.

¿Tu familia argentina conoce a tu familia ecuatoriana?

Sí. De hecho, cada vez que yo vengo, Brenda me manda regalitos para mis padres y viceversa. Mi mamá se llama Celia y siempre está pendiente de Brenda, cuando viajo me dice: “Espera, que no le compré nada”. Ambos bandos son personas generosas, atentas y consideradas y yo trato de ser así también.

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Ya habías trabajado con Ecuavisa. ¿Cómo te vinculaste inicialmente con este canal?

Vine en el 2016 de vacaciones. Estaba en la playa, me encontré con Eliana Gustavino y ella me dice: “¿Pero qué haces en la playa, vos tenés registro de lo conocido que sos?”. Y a mí la fama me da igual, nunca estoy pendiente de la fama. Y me dice que debería venir a trabajar acá como jurado, porque hay muchos reality shows, más que ficción. Empecé a googlear qué había para hacer en Ecuador a nivel artístico. Descubrí La Trinity, descubrí a algunos productores y les escribí, porque me llamó la atención. Tenía ganas de experimentar, aunque sea un capítulo, de cómo es grabar una novela ecuatoriana.

Le escribí a Léster Zavala, que ahora es uno de los directores de Los García. Nos reunimos y entré a La Trinity (temporada 1) hacia el final, porque apareció justo un personaje de un gringo. Luego de grabar viene Paco Cuesta, que era el productor general, y dice que me necesita en la temporada 2, que se grabó seis meses después. Y como en Ecuavisa habían dado Floricienta, yo ya era una cara familiar para el canal.

¿Qué descubriste?

Lo primero que me llamó la atención es que ensayamos un mes antes de empezar a grabar y eso jamás lo había hecho en ninguna novela, de ninguna parte del mundo. Me pareció genial, porque se fue generando un vínculo con los actores y los personajes. La verdad no hay tanta diferencia a la hora de lo técnico, pero hay una cosa y es la calidez del ecuatoriano, que a mí me encanta.

Me encantó estar en un contexto donde la gente pida las cosas con el respeto que se piden acá, porque ustedes todo lo piden como mucho más miedoso, si quieren pedir agua lo piden hasta casi como que disculpándose, como con sufrimiento: “Señora, no sea malita, me da un vasito de agua”. Hasta cuando me piden una foto, me dicen que “no sea malito”, si no soy malo. Entendí que es un modismo. Porque no es que los argentinos somos ordinarios, pero sí un poco bruscos.

Entrevista con el actor Nicolás Maiques. Foto: Francisco Verni Foto: Francisco Verni Peralta
Hablando de Floricienta. Este título ha experimentado una especie de resurgimiento en redes sociales, por sus canciones y tendencias. ¿Te has sentido parte de este movimiento?

Siempre terminas siendo parte. Desde que hicimos esa novela a todos nosotros no pararon de hablarnos, un día de nuestras vidas, de eso. Ya es parte de mi vida. No existe un día de mi vida donde no me hablen de Floricienta y sucedió hace 20 años. Para mí se volvió realmente parte de mi identidad. Tengo una camiseta que dice: “Haga lo que haga, siempre voy a ser Nico, de Floricienta”.

Es la novela más repetida de la historia dentro de Argentina. Y se sigue viendo, porque hoy está en la aplicación Max. Es imposible que deje de hablar de eso porque no solo marcó a fuego a muchas generaciones, sino que sigue descubriendo a nuevas generaciones.

¿Cómo será tu personaje en Los García?

Lorenzo es mi personaje. Soy la mano derecha del malo mayor, el villano, que lo hace Frank Bonilla. Trabajo con él todo el tiempo y soy el que ejecuta sus maldades, porque típico el malo mayor es el que no se quiere ensuciar. Aparte acá somos como malos torpes, tirando ideas de qué podríamos hacer para vengarnos de García, que será Diego Spotorno, a quien conozco hace más de 20 años porque hicimos juntos una novela en Argentina que se llamó Doctor Amor.

Lorenzo es extravagante, se viste con pañuelitos y camisas de colores, chalequitos, muy formal. Le gusta la moda. Se lleva muy mal con la modelo principal de las campañas, son el día y la noche, y se viven peleando.

A ti también te gusta la moda (Nicolás siempre luce múltiples accesorios, en especial varios anillos).

De hecho, mis accesorios son los accesorios de Lorenzo, porque yo les dije si les sirve para el personaje, yo no me los saco ni para bañarme. Y me dijeron que bueno. Cada anillo tiene un significado para mí. Me encanta la moda, la fotografía y yo tendría una marca de ropa o más bien una marca multiproductos. La decoración del hogar me fascina, pero no tanto como la psiquiatría (risas).

Los García es otra adaptación de Los Roldán, la historia original creada en Argentina. Como argentino, ¿qué emociones te provoca?

No la vi, pero sí estaba enterado de qué iba y quién hizo los personajes. De hecho, el personaje de la mujer trans lo hizo Flor de la Vega. Me da alegría, ternura y me da orgullo de que un producto argentino trascienda fronteras. No soy una persona separatista y que me da orgullo lo nacional solo porque soy argentino. Pero también me hace pensar cómo todavía la sociedad necesita hablar de estos temas, a pesar de que esto salió hace 20 años. Todavía hace falta seguir luchando por los derechos LGBT y por la visibilidad del mundo trans. Todavía no está naturalizado, está visibilizado.

Entrevista con el actor Nicolás Maiques. Foto: Francisco Verni Foto: Francisco Verni Peralta
¿Con quién te ha gustado trabajar más del elenco de Los García?

Me llevo muy bien con todos. En la serie hay muchas historias y no nos cruzamos todos tanto, pero por ejemplo con Frank Bonilla me llevo brutal, con Frances Swett y con Raquel, que hace de Dulce, la empleada de la casa. Fue amor a primera vista, somos el cuarteto del mal. Somos los que más pasamos juntos.

¿Qué haces cuando no estás grabando?

Me encanta ver películas de terror en el cine, me parece un plan muy divertido. Me asusta un poco, pero es más lo que me río que lo que me asusto. Y después me encanta ir a la playa con mi hermana Gabriela. Ella vive en Manta y, cuando puedo, me escapo, aunque sea un día a la playa, a verla y a tener mi rato con el mar. Sabes que abajo del ombligo tengo tatuados dos olas del mar con el tridente de Neptuno, el dios del mar, en el medio. Me lo hice a partir de haber hablado frente al mar y que todo lo que le dije en su momento se cumplió, como hacer una novela en Italia (Dalia de las hadas), trabajar en Ecuador, incluso un proyecto en Perú, donde me quedé tres meses trabajando. (E)