Un gran error cometió el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) cuando una veintena de agentes realizaron un allanamiento a una vivienda a la que se había mudado una familia. Esta terminó siendo víctima del “brusco” cumplimiento de una orden judicial equivocada en Oklahoma. Los funcionarios buscaban a unos guatemaltecos; en la residencia estaban una madre y sus hijas, todas estadounidenses.