Un paseador de perros desató una auténtica fiebre en Manhattan, Nueva York, con una idea tan simple como contagiosa: esconder miles de patitos de plástico por toda la ciudad.
JJ Cerillo, de 53 años, comenzó a finales de 2023 colocando estos pequeños juguetes amarillos en postes y cercas de los barrios de Chelsea e Inwood, utilizando imanes para fijarlos.
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Lo que empezó como un proyecto para alegrar el día a los adultos terminó convirtiéndose en una obsesión para los niños, quienes ahora dedican sus tardes libres a una cacería urbana que transforma las calles en un gigantesco campo de búsqueda del tesoro, reporta The New York Post.
Cacería de patos en Manhattan es un fenómeno
El fenómeno de buscar los juguetes alcanzó otra dimensión cuando Cerillo instaló “bibliotecas de patitos”, unas estructuras metálicas donde la gente puede depositar los patos que encuentra en otros lugares.
La regla no escrita es “deja un pato, llévate un pato”, aunque la realidad es que miles desaparecen constantemente de estas colecciones centralizadas.
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El medio citado menciona que Cerillo gasta aproximadamente mil 500 dólares mensuales en Amazon para reponer su arsenal de 500 patitos diarios, una inversión que considera perfecta para mantener sonrientes a sus vecinos.
La iniciativa ya atraviesa las fronteras de Nueva York, inspirando proyectos similares en Idaho y Edimburgo, Escocia.
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Las hermanas Beatrice y Millie Knittel, de 11 y 9 años respectivamente, se convirtieron en “embajadoras de patos” después de desarrollar una amistad con Cerillo, a quien consideran una celebridad comparable a Beyoncé.
El proyecto genera intercambios escolares, expediciones familiares y una comunidad inesperada que se reúne alrededor de estos pequeños objetos de plástico.
(I)
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