La compañía estadounidense exportadora de plátano en Panamá, Chiquita tomó la decisión más drástica en su historia y es que despedirán a los más de mil 600 trabajadores que aún quedaban en sus operaciones en el país centroamericano.
El anuncio llega después de semanas de conflicto laboral que ya había provocado en el despido previo de aproximadamente cuatro mil 900 empleados en mayo.
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¿Qué pasa con la exportadora de plátano Chiquita?
La dura decisión de la empresa radica en la crisis que golpea directamente uno de los sectores más importantes de la economía panameña, donde los plátanos figuran entre los cinco principales productos de exportación del país, reseña el portal El Cabildo.
Ese mismo sitio web detalla que el conflicto estalló el 28 de abril cuando los trabajadores de las plantaciones bananeras iniciaron una huelga para protestar contra las reformas a las pensiones aprobadas por el Congreso panameño.
Los sindicatos argumentan que las nuevas leyes reducirían los beneficios de jubilación y empeorarían la cobertura de salud para quienes dedican su vida a cosechar bananos bajo el sol tropical.
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Las plantaciones de la provincia caribeña de Bocas del Toro, que se extienden por miles de terreno, permanecen paralizadas mientras el gobierno del presidente José Raúl Mulino intenta mediar en el conflicto.
Las negociaciones alcanzaron un punto muerto peligroso. El gobierno prometió presentar un nuevo proyecto de ley que restauraría los beneficios sociales anteriores para los trabajadores bananeros, pero solo si los sindicatos levantaban sus bloqueos de carreteras.
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Los sindicatos rechazaron la propuesta y mantienen su posición hasta que la legislación sea oficialmente aprobada, no solo prometida. Esta desconfianza mutua promueve un círculo vicioso donde ninguna parte está dispuesta a ceder terreno.
La crisis trasciende las fronteras panameñas y podría afectar el suministro global de bananos, ya que las frutas de Chiquita llegan hasta mercados tan lejanos como Alemania.
Mientras que las comunidades enteras que dependen del empleo estable en las plantaciones enfrentan ahora un futuro incierto.
(I)
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