Una gran muchedumbre siguió ayer la procesión anual del Nazareno Negro en las calles de Manila, en una de las manifestaciones más impresionantes de fervor católico en la que los fieles tratan de tocar a esta estatua a la que le atribuyen poderes milagrosos.

Convencidos de que puede curar enfermedades o traer buena fortuna, hombres, mujeres y niños se suben unos sobre otros para lanzarse sobre la estatua del Cristo de talla humana, que lleva sobre los hombros una gran cruz negra.

La imagen, posada sobre un carruaje, que es remolcado por los fieles con grandes sogas, abandonó durante un día la basílica del Nazareno Negro en lenta procesión de una veintena de horas por las calles de la ciudad vieja de Manila.

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Una enorme muchedumbre acudió a su paso, según la policía, gritando “¡viva!”, mientras la gente trataba de tocar la estatua con un paño blanco, convencida de que absorberá sus poderes milagrosos.

“Es realmente difícil tocar al Nazareno. Me han aplastado, me han pisado el rostro, pero yo conservo mi fe”, explica Honey Pescante, una mujer de 24 años, ama de casa, de la provincia Bataan, al oeste de la capital de este archipiélago, donde el 80% de la población es católica.

Los responsables de la Iglesia y algunos sociólogos alegan que este acontecimiento es percibido como un desafío por los fieles. “El catolicismo filipino defiende la idea de que el Espíritu Santo puede sentirse a través del cuerpo” y del sufrimiento, explica María Yohana Frías, investigadora de etnología en el Museo nacional de Filipinas.

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“Para algunos, participar descalzo en la procesión es también una manera de probar su fe”, agrega la investigadora.

“Los filipinos que vienen a Quiapo tienen el sentimiento de estar cerca del Señor, que el Señor los toca, los acompaña en sus difíciles vidas”, explica el padre Marvin Cruz, vicario de la parroquia de Quiapo, un barrio de Manila, la capital de este país asiático. (I)

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Más datos
Nazareno negro

Origen de denominación
La estatua es llamada el Nazareno Negro debido a su color oscuro provocado, según la leyenda, por el incendio de un navío que la trajo de México en 1606.

Creencia
La creencia en la imagen fue reforzada a lo largo de los años, por el hecho de que sobrevivió a incendios, terremotos y al bombardeo de Manila en 1945.