Los avances en los estudios de una de las tres posibles rutas que enlazará a la vía Perimetral con el nuevo aeropuerto de Daular genera expectativas e inquietudes entre vecinos de la vía a la costa y urbanistas.

¿Cuáles serán las medidas paliativas ante la intervención en la zona del bosque protector Cerro Blanco? ¿Qué acciones de mitigación se aplicarán? son algunas de las interrogantes entre vecinos como Guillermo Ayala y Carlos Pástenes, dirigentes del sector, quienes observan a esta nueva carretera como una alternativa que aliviara los congestionamientos a lo largo de la vía a la costa.

A diario los moradores del sector sufren atascamientos, sobre todo en el distribuidor de tráfico de la vía Perimetral.

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Según los estudios de la Autoridad Aeroportuaria de Guayaquil, esta ruta tendría 13 km partiendo desde el sector del distribuidor de la Prosperina, siguiendo por dos túneles por el bosque protector Cerro Blanco y terminando con un distribuidor de tránsito en Puerto Hondo. Allí se ingresaría hasta Daular, sumando 26 kilómetros.

El sábado, un grupo de ciclistas se alarmó por una serie de artefactos en tareas de estudios.

“Nos ayudaría mucho en el descongestionamiento vehicular de la zona y nos da una vía alterna en caso de emergencias, que en este momento no hay cómo salir si hay accidentes. Nos mantenemos en las dudas de cuando usen taladros, explosiones, medios que van a hacer los túneles, que afecte el bosque protector...”, dice Pástenes.

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Según Nicolás Romero, gerente de la AAG, esta alternativa utilizaría túneles de ida y vuelta que se entrarían antes del cerro del bosque protector Cerro Blanco y saldrían después de esta área, sin generar daños.

Al igual que Ayala, Silvestre Soriano, presidente de Puerto Hondo, considera que se deben tomar todas las medidas ambientales para evitar afectación en la flora y fauna. Él avizora esta carretera como una oportunidad para revitalizar el comercio y movilidad de 2000 habitantes de la zona.

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“Daría facilidad de llegar a los vecinos directamente, que se tomen las medidas de protección si es que se hacen túneles como en el cerro Santa Ana”, citó el dirigente.

Asimismo, Brick Reyes, arquitecto urbanista especialista en impactos ambientes, al igual que Ayala, considera que el diseño vial debe cumplir con el estudio de factibilidad para el mejor recorrido. “Pero si no habría que ver alternativas que provoquen menos impacto y sean de pronto más eficaces en el tema de funcionalidad con relación a una trama urbana”, dice y agrega que en torno a las canteras debería someterse a un plan de cierre al encontrarse en la ruta y en áreas pobladas.

Reyes asegura que se deberían socializar estos proyectos urbanos de alto impacto para que se mitiguen tanto los impactos positivos y negativos de la obra, entre esos la migración de aves del cerro y la contaminación del aire por el polvo.

Asimismo, Felipe Espinoza, arquitecto urbanista, sostiene que antes de pensar en una autopista primero se debería llegar a la meta de los pasajeros necesarios (3,5 millones) para la construcción del nuevo aeropuerto, y luego, lograr que esa terminal se consolide con un masterplan de ciudad satélite.

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“Que se determine el uso de suelo alrededor del nuevo aeropuerto, industrias, servicios, para que le den una autonomía a todo ese territorio”, resalta. Cita que hoy conviven con varios problemas en la zona.

Opiniones

Brick Reyes, arquitecto: ‘Túneles igual afectarán a nivel general’

Hay que considerar que hay una parte legal, ya que estas zonas no son sujetas a inclusión de proyectos (...). El hecho de que sean túneles, igual la afectación a nivel general, ingreso de maquinarias, explosivos, equipos camineros, personal, todo eso altera la cotidianidad del sector. Va a haber afectación directa de flora y fauna. Esta vía debió haber estado planificada hace años para que ahora solamente sea ejecutada, pero no, ahora se la planifica. Eso evidencia la falta de planificación para determinadas obras...

Guillermo Ayala, dirigente: ‘Permitiría un desfogue en emergencias’

Lo malo es que se afecta un área protegida, un pulmón de la ciudad. Lo bueno: el tráfico que va a la playa pasaría directamente y no pasaría por el tráfico de los 19 kilómetros iniciales si es que directamente van al aeropuerto o playa; permitirá un desfogue en caso de emergencias. Este trazo genera interrogantes sobre cuáles serán las medidas para no hacer daño a la fauna del bosque, que cuando hagan perforaciones sufrirán esos animalitos, preocupa cómo se va a mitigar el efecto negativo de esta exploración. (I)